Después de pasar una temerosa tarde llena de tormentas eléctricas y fuertes lluvias en Quito, que provocaron estragos en diferentes puntos de la ciudad, el cielo nos regaló un hermoso atardecer con tonalidades de color rojo, naranja, amarillo y violeta ¿Qué rayos pasó? El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) dio una explicación.
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«El ocaso del Sol nos regala una hermosa coloración naranja, producto de la interacción de luz sola, con las gotas de agua en la atmósfera baja», detalló el Inamhi junto con unas espectaculares fotografías.
En redes sociales y estados de WhatsApp, los usuarios se volcaron a compartir las fotos al quedar impactados y maravillados con la increíble vista.
Sin duda, un espectáculo que es todo un poema después de la terrible inundación que ocurrió en Pomasquí. Hoy, sí se ajusta perfectamente la frase: «Después de la tormenta, llega la calma».
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