Esta es una historia que pacería de novela, pero es la vida real. Los protagonistas son el piloto Miguel Oliveira y Andreia Pimenta quienes ocultaron su relación por 11 años y están próximos a casarse.
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La manera de conocerse fue poco usual, lo hicieron a través de un vínculo familiar. No son hermanos de sangre pero la vida le dio una hermanastra con quien no fluyeron los lazos fraternales.
Cuando Miguel era pequeño sus padres se divorciaron en 2003. Un año después su papá empezó una relación con otra mujer que también se había separado y tenía dos hijos, uno de ellos era Andreia.
En principio debían ser hermanastros, pero con el tiempo eso cambió y se dieron cuenta que entre ellos había algo más. Cuando eran adolescentes empezaron una relación a escondidas de su familia porque podría ser un amorío pasajero. Su romance se mantuvo, pasaron los años, se volvió más serio y fue necesario contar lo que ocurría.
En 2017 lo anunciaron a sus familiares, en algunas personas causó asombro, en otras no. Finalmente nadie se opuso y decidieron dar el siguiente paso.
Miguel Oliveira ya era un piloto de Moto2 y Andreia tenía un buen trabajo como dentista, se sentían listos para «gritar» al mundo su amor. Se empezaron a mostrar en eventos y viajes, pero no publicaron como se conocieron.
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Luego, el corredor le pidió que sean esposos. “Hoy, en una situación muy importante dentro de nuestras vidas, me he arrodillado frente a ella. Sí, ha sido a la antigua usanza y ella ha dicho que sí”.
Esta semana, después de su histórico triunfo para KTM, el piloto de 25 años habló con el presentador para contarle al mundo que su prometida es su hermanastra: “Antes del amor había una gran amistad. Crecimos juntos. En algún momento nos dimos cuenta de que era más que una amistad, es un amor muy fuerte”.
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