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Anne Marie Commandeur: Los múltiples presentes (y futuros) de la moda

La directora del Stijlinstituut de Ámsterdam habló con Metro sobre cómo las macrotendencias y sus expresiones en la moda generan realidades contrastantes al producir y consumir moda.

En el marco de Colombiamoda 2020, la semana de la moda más importante en Colombia, Anne Marie Commandeur, directora del Stijlinstituut de Ámsterdam, agencia de coolhunting que muestra los cambios sociales y culturales enfocados en diseño de productos, presentó su conferencia “Where I Belong”, donde mostró las tendencias 2020-21 alrededor de la innovación, sostenibilidad, desarrollos y temas ya consolidados como la sostenibilidad y los relatos étnicos, entre otros conceptos. Anne Marie Commandeur: Los múltiples presentes (y futuros) de la moda

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Anne Marie Commandeur: Los múltiples presentes (y futuros) de la moda

Commandeur, quien lidera un equipo de diseñadores multidisciplinarios donde se enfocan en la innovación de materiales, colores, estrategias y tendencias de diseño, habló con Metro sobre la moda actual.

 Desde hace muchos años se habla de la sostenibilidad. Pero, aún se ve como una práctica que solo compete a muy pocos consumidores y productores, quienes pueden costearla o tienen otras prácticas de consumo. ¿Cómo podría ser posible la sostenibilidad a escala masiva? 

–Los consumidores y productores ahora están enfocados en la durabilidad de los productos. Esto también se refleja en tendencias que duren más tiempo, pero que a su vez sean atemporales. Por otro lado, hay varias compañías de moda que tienen prácticas sostenibles en cuanto a procesos y acabados.

Por ejemplo, para hacer el dénim ahora hay procesos que requieren menos desperdicio de agua, y también existen innovaciones tecnológicas que si bien no son notables a primera vista, ayudan a las compañías a ser más eficientes y sostenibles y que hacen más accesible la sostenibilidad.

Hablamos de lo sostenible y lo orgánico como una práctica, una expresión, un estilo de vida. Pero también vemos el glamour en la moda a través de Dior, Valentino, por ejemplo, con sus presentaciones en Haute Couture. ¿Es esto una respuesta a la crisis? 

Sí, porque la gente quiere celebrar, no decaer la moral y su estado de ánimo ante esta situación. Pero también tenemos a una parte de la humanidad preocupada por la contaminación, el desperdicio de recursos y el daño al medioambiente.

Las personas ahora desean expresar sus sentimientos, expresar una revolución, mostrar su identidad y compartir sus ideas y sentimientos hacia el mundo. De esta manera, vemos que están reaccionando con la moda de distinta manera ante las múltiples coyunturas a nivel mundial. No solo la pandemia: los incendios en Australia, las tensiones raciales, el #MeToo, por ejemplo.

 Si hablamos de reacciones, muchos dicen que compraremos menos y seremos más sostenibles, pero las filas de Zara en reapertura o lo que ha pasado en las tiendas de lujo en China dicen otra cosa…

–Es un problema. Si bien el sector del fast fashion no se puede detener, tanto consumidores como compañías deben responsabilizarse por sus prácticas. Los primeros, por comprar de manera más responsable y los segundos por sus formas de producción.

Sí, hay gente que sigue comprando igual, pero hay organizaciones y movimientos que están presionando para que todo esto sea más ético y también para que quienes compran se den cuenta de cómo están comprando su ropa, para que investiguen de dónde viene sus prendas.

Asimismo, la gente está comprando menos. Y si bien hay estos dos tipos de consumidores, también es responsabilidad de los gobiernos tomar acciones ante el medio ambiente. Y están en una encrucijada, porque deben seguir moviendo la economía, pero también cuidar el planeta y por supuesto, cuidar a la gente.

Y ahí deben tomar parte, porque habrá más desastres como los del pasado. Ahora, hay gente que no tiene más dinero para comprar ropa de calidad, pero también, la oferta de este modelo de negocio no ofrece productos con la calidad suficiente como para darles un producto mejor. No se preocupan por ello.

Todo está hecho para el desperdicio, porque incluso algunas piezas no se pueden reciclar. Y es su responsabilidad, la de los oferentes, saber cuál es el destino final de estos productos.

«Las personas ahora desean expresar sus sentimientos, expresar una revolución, mostrar su identidad y compartir sus ideas y sentimientos hacia el mundo. De esta manera, vemos que están reaccionando con la moda de distinta manera ante las múltiples coyunturas a nivel mundial»

¿Cómo ve el fenómeno de las piezas viralizadas en lo digital? 

Hay diferentes lecturas. Por un lado, hay piezas que en Instagram son viralizadas para mostrar una causa o problema, o una forma ética de producir y consumir ropa. Pero por otro lado, hay productos que no tienen mayor desarrollo y son bastante superficiales.

Y hay otro fenómeno: marcas que crean cambios en la industria, que se unen, por ejemplo, en el ámbito sostenible, para hacerla más limpia, pero eso no es visible para los consumidores, ya que los procesos muchas veces se dan a puerta cerrada. Y es una lucha que aún se da para poder mostrar estos procesos cara al público y que este sepa todo lo que se está haciendo a este nivel.

Pero hay progresos: al menos en el sector textil, lo digital como herramienta ha ayudado a industrias que otrora no vendían así y eran más tradicionales. Al menos en Holanda, las empresas textiles ya comenzaron a hacerlo de forma digital en varios sectores.

¿Qué pasará con la moda protectiva? 

No hay manera de saberlo. Me preguntan a menudo esto, pero realmente no lo sabemos. Puede que venga un segundo pico de la pandemia pronto, aquí en Holanda. Estuvimos todos en confinamiento, estuvimos con distancia social, usamos tapabocas y ropa protectiva.

Pero cuando me preguntan esto, realmente no tengo la clave. Nadie lo sabe, en verdad. Hemos escuchado incluso los reportes y lo que dicen los científicos. Incluso se contradicen entre ellos. Quizás esta pandemia dure para siempre o al menos, que la gente no llegue a tocarse en público nunca más. Pero aún, ante la pandemia y la moda en ese aspecto, todo es incierto.

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