Las autoridades de Panamá informaron el domingo 16 de agoto del arresto de tres sujetos, al parecer miembros de una secta religiosa, por su presunta vinculación con la privación de la libertad de media docena de personas, entre ellas tres menores, en una remota demarcación indígena en la provincia central de Veraguas.
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La detención de los tres sujetos, no identificados, fue ejecutada por el Ministerio Público panameño (MP) en conjunto con estamentos de seguridad en la comarca Ngäbe Buglé, donde este sábado tres menores y tres adolescentes fueron rescatados en buen estado físico, según las autoridades.
El MP señaló que, de acuerdo con los primeros informes, «la situación se atribuye a la actividad de una agrupación religiosa que opera en el lugar«.
Las personas aprehendidas están «presuntamente vinculadas al delito de privación de libertad de 6 personas, entre ellos menores de edad», y próximamente «serán llevados ante un juez para imputación de cargos», indicó el Ministerio Público en sus redes sociales.
El MP detalló que entre los arrestados hay dos hombres y una mujer, «vinculados presuntamente con los delitos contra la libertad individual, delito sexual y maltrato al menor», mientras que entre las víctimas hay «un infante de tres meses, un menor de 10 años y otro de 14 años».
La fiscal de la Sección de Asuntos Indígenas, Ermelinda Jiménez, quien estuvo al frente de las diligencias, indicó que «se presume que hay otras personas más posiblemente vinculadas a los delitos que se investigan, al igual que más víctimas», según un comunicado de la entidad investigadora.
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Añadió en ese sentido que el MP realiza otras diligencias «para dar con las capturas y recuperación de las personas».
En el rescate de los menores participaron agentes del Servicio Nacional Aeronaval de Panamá (Senan), luego de que la situación fuera denunciada por una periodista a las autoridades, informó el ministro de Seguridad Pública, Juan Pino.
Guayabal, lugar donde se dieron los hechos, se encuentra en la cordillera de la provincia central de Veraguas, en el sector Llano Amador, corregimiento de Agua de Salud, distrito de Ñurum. Veraguas es la única de diez provincias del país con costas en el Atlántico y el Pacifico.
SECTAS IMPLICADAS EN HECHOS DE VIOLENCIA
En enero pasado, la comunidad de Alto Terrón, en una zona remota de la comarca Ngäbe-Buglé, fue escenario de la matanza de siete nativos, la mayoría niños, a manos de una secta autóctona guiada por un supuesto mesías.
Una familia de esta etnia, compuesta por una mujer de 33 años embarazada y sus hijos con edades de entre uno y 11 años, fue asesinada durante un rito exorcista por un grupo de 10 personas que se identificaban como miembros de la «secta La Nueva Luz de Dios», según la versión oficial.
Las fuerzas especiales rescataron a otras 15 personas que estaban secuestradas y sometidas a los mismos ritos exorcistas que llevaron a la muerte a las siete personas, y que incluían el uso de objetos contundentes y cortantes como machetes.
Los rescatados, al menos siete de ellos menores, todos con golpes y heridas, fueron evacuados en helicópteros desde el Alto Terrón hasta Santiago de Veraguas.
Situada en el norte de Panamá, la comarca Ngäbe Buglé, una de las cinco que tiene el país centroamericano, fue creada en 1997.
Tiene una extensión de 6.968 kilómetros cuadrados y es la más poblada de las demarcaciones indígenas panameñas, con unos 213.000 habitantes, de acuerdo con cálculos de 2018. Es una zona de extrema pobreza y carente de infraestructuras.
Abarca territorios, que son de propiedad colectiva, de las provincias de Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas, y en ella viven indígenas de las etnias ngäbe y buglé. Su capital es Llano Tugrí.