El gobierno ruso anunció el martes que había registrado la primera vacuna del mundo contra el Covid-19. Sin embargo, las principales autoridades sanitarias a nivel global rápidamente manifestaron sus reservas sobre su efectividad y seguridad, dado que no ha cumplido con los protocolos que deben seguir los ensayos clínicos.
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Un informe publicado en el sitio web del ministerio de Salud de la Federación Rusa señala que aún no hay certeza sobre la efectividad de la vacuna debido a la falta de estudios pertinentes.
Aseguran que, en particular, la vacuna no debe administrarse a menores de 18 años y mayores de 60. Tampoco a embarazadas, madres en período de lactancia o personas con una variedad de condiciones de salud subyacentes.
Añade que no se realizó ninguna investigación sobre cómo podría reaccionar con otros medicamentos. Además, el informe deja en claro que no se conoce cuánto duraría la protección. Esto a pesar de las afirmaciones de funcionarios rusos de que proporcionaría inmunidad durante dos años.
Específicamente, el informe alerta sobre la aplicación de la vacuna a personas que sufran: enfermedades crónicas del hígado y los riñones, diabetes, enfermedades graves del sistema hematopoyético, epilepsia, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades del sistema nervioso central, enfermedades del sistema cardiovascular, inmunodeficiencias primarias y secundarias, enfermedades autoinmunes, enfermedades pulmonares, asma y EPOC en pacientes con diabetes y síndrome metabólico, con reacciones alérgicas, atonía, eczema.
En el caso de embarazadas y mujeres en período de lactancia, se enfatiza que la vacuna está contraindicada. Esto “ya que no se ha estudiado su eficacia y seguridad durante este período”.
Efectos adversos
Señalan, además, que se han notado “muy frecuentes” efectos adversos en su aplicación, como hinchazón, hipertermia, letargo, dolores de cabeza, picazón en el lugar de la inyección, disminución del apetito, diarrea y síntomas similares a los de un resfriado, según advirtió el informe realizado por el Instituto Gamaleya de Moscú, donde se desarrolló la vacuna.
Aunque se afirma que la mayoría de estos efectos fueron “leves o moderados”, el documento presente en el certificado de registro de la vacuna aclara también que “no es posible determinar con mayor precisión la incidencia de los eventos adversos debido a la limitada muestra de participantes en el estudio”.
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Reacción OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió con cautela la noticia de que Rusia ha registrado la primera vacuna del mundo contra el COVID-19. Señaló que ésta, como el resto, deberán seguir los trámites de precalificación y revisión que marca el organismo.
«Acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad», señaló el portavoz de la OMS Tarik Jasarevic. Añadió que la organización está en contacto con las autoridades rusas y de otros países para analizar los progresos de las distintas investigaciones de vacunas.