Omer Sheinman, ciudadano israelí, reconoció en su primera declaración en la Fiscalía que días antes del ataque recibió mensajes amenazantes de parte de miembros de la familia Bucaram. Los “recados” eran entregados por guías del centro de rehabilitación social.
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«Los últimos días hubo varias llamadas y mensajes de Jacobo Bucaram y su padre, Abdalá, que si hablamos y mostramos evidencias nos van a matar al igual que a nuestra familia. No importa que vivan en otro mundo, hubo muchas llamadas y mensajes», señaló el extranjero.
Según la versión del ciudadano israelí, a la cual tuvo acceso el medio El Universo, él recibió golpes en su rostro mientras estaba dormido provocando que quedara inconsciente. Después, al despertar, halló a su compañero Shy Dahan con una pesa sobre su rostro.
En el testimonio, el israelí contó que él y su compañero fueron agredidos por reos y agentes penitenciarios. “Traté de moverlo, pero no tuve éxito. Ya estaba muerto», confesó Omer Sheinman al ver el cadáver de Shy Dahan
Las agresiones no solo se limitaron a su celda, el guía al que hizo referencia habría propinado ataques mientras era atendido en al enfermería y lo amedrentó durante su traslado a un centro de salud.
“Yo no te tengo miedo, no le tengo miedo a los Bucaram” fue la respuesta del ciudadano extranjero, según su abogado Héctor Vanegas.
