Un análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a 6 millones de infectados entre el 24 de febrero y el 12 de julio halló que la cuota de personas de entre 15-24 años creció del 4,5% al 15%. Ante ello la organización la lanzó un pedido a este grupo etario.
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El director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, volvió a dirigirse a los jóvenes, ante el aumento de la transmisión de la COVID-19 en esa franja de edad. Él les pidió que actúen con responsabilidad y se pregunten «si hay que ir a fiestas» y otros eventos masivos.
«Preguntaos si necesitáis ir a esa fiesta, a esa discoteca… si la transmisión comunitaria es baja, el riesgo también lo es, pero en zonas donde es alta, todo el mundo está en peligro», advirtió Ryan.
«Necesitamos trabajar juntos para reducir los riesgos, y los jóvenes tienen un importante papel para que la transmisión baje», subrayó Ryan.
El experto irlandés insistió de todos modos en que cuando se producen focos de la COVID-19, sean entre jóvenes o no, «hay que evitar la búsqueda de culpables». Aunque sí criticó a quienes rehúsan dar información de contacto o sobre su estado de salud en el contexto de la actual pandemia.
«Algunos tienen miedo de que sus amigos sepan que son un caso positivo, pero en la lucha contra el virus es importante que, cuando un problema ocurra, nos involucremos y todos participemos en su solución», aseguró.
Ryan recordó que, aunque muchos de los casos de la COVID-19 en jóvenes suelen ser menos graves que en personas de mayor edad, siempre puede haber excepciones, especialmente en quienes padecen dolencias crónicas u otros problemas de salud previos.
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