Casi un 30% de los datos de secuencia del genoma de muestras del virus causante del covid-19 recogidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) mostró señales de mutación. Sin embargo, no hay pruebas de que esto haya conducido a una enfermedad más grave, mencionó la organización el pasado 3 de julio.
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«Creo que está bastante extendido», dijo Soumya Swaminathan, científica jefe de la OMS, a Reuters en los márgenes de un encuentro con la Asociación de Corresponsales Acreditados ante Naciones Unidas (ACANU, por sus siglas en francés) en Ginebra.
La ONU informó por su parte que se han recogido 60.000 muestras de la enfermedad hasta la fecha. Por lo tanto, científicos de Scripps Research detectaron que, para abril, el virus ya había mutado un 65% de los casos remitidos desde todo el mundo a una gran base de datos.
La mutación genética del virus SARS-CoV-2, designada D614G, aumenta de forma significativa su capacidad de infectar células y podría explicar por qué los brotes en el norte de Italia y Nueva York fueron mayores a los vistos antes en la pandemia, indicó el estudio.
Por su parte, la líder técnica para la pandemia del COVID-19 en la OMS, Maria Van Kerkhove, dijo que la cepa mutada fue identificada en febrero y estuvo circulando por Europa y América, pero » no hay pruebas de que provoque una enfermedad más grave», afirmó.