El brote de COVID-19 en un matadero ha sacado a la luz los puntos flacos de la industria cárnica alemana, tanto en lo que respecta a sus condiciones de trabajo como a los estándares de higiene, con o sin pandemia.
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El caso de la planta de productos cárnicos Tönnies, en la ciudad de Gütersloh, ocupa no solo a las autoridades sanitarias del «Land» de Renania del Norte-Westfalia, el estado federado más poblado de Alemania con 18 millones de habitantes, sino también a la justicia del país.
En la empresa se registraron 750 positivos desde este lunes, lo que ha obligado al distrito, no solamente a cerrar temporalmente la empaquetadora, sino también establecer una cuarentena para los 7.000 trabajadores de la empresa Tönnies y a decretar el cierre de escuelas y guarderías.
Ahora, un vídeo difundido en redes sociales muestra cuáles eran las condiciones del comedor del matadero. En él se ve cómo los trabajadores comían unos frente a otros sin respetar las distancias de seguridad, en un espacio abarrotado en el que era evidente la ausencia del uso de las mascarillas.
La Fiscalía de Bielefeld ha abierto un sumario por sospechas de vulneración de la ley de protección contra infecciones y las normas adoptadas a raíz de la extensión del coronavirus por Alemania.
Son cinco las demandas presentadas desde diversos estamentos -incluido el partido Los Verdes- contra este matadero, el segundo del «Land» donde se han registrado contagios masivos de la COVID-19.
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Primero fue en Coesfeld, donde se verificaron 130 contagios entre su plantilla el pasado mayo. En Gütersloh se han confirmado ahora 750 contagios, con un total de 11.000 test entre trabajadores, familiares y otros contactos.
Al menos otros 5.300 empleados de la empresa deberán someterse a las pruebas en los próximos días y, a cada positivo que se certifique, seguirán nuevos test entre sus contactos y medidas de cuarentena.
EL MATADERO CIERRA, LAS ESCUELAS TAMBIÉN
El matadero de Gütersloh quedó cerrado, mientras se recuerdan las múltiples denuncias previas de sindicatos y organizaciones del sector sobre las condiciones de la inmigración subcontratada.
La situación en Gütersloh ha llevado a que vuelvan a cerrarse escuelas y guarderías, lo que ha generado las críticas de la población contra los poderes locales.
También contra el propietario del matadero, Clemens Tönnies, empresario controvertido y, además, dirigente del club de fútbol Schalke, un nombre clásico de la cuenca del Ruhr que levanta amores y odios, fuera y dentro del campo.
El brote ha llevado a que en Gütersloh se llegue a 61 nuevos contagios por 100.000 habitantes, superando el límite semanal fijado de 50 casos por 100.000 personas a partir del cual se tienen que tomar medidas específicas en la circunscripción municipal afectada.
Desde el comienzo de la pandemia ha habido en Alemania 190.265 casos de coronavirus, según el Instituto Robert Koch (RKI), competente en la materia. Un total de 174.376 pacientes han superado la enfermedad y 9.043 han muerto.
Alemania ha salido mejor parada que otros socios europeos, lo que no implica -como viene recordando el RKI- que pueda darse por vencida la lucha contra la pandemia.