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Arconel reconoce error de CNEL en lectura de medidores de luz eléctrica

La Agencia de Regulación y Control de Electricidad (Arconel) reconoce que durante el confinamiento, por la Covid-19, hubo errores en la lectura de los medidores de luz eléctrica. Específicamente en Guayaquil.

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Y es que el monto de las planillas facturadas durante los meses de marzo, abril y mayo se realizaron en base a una estimación.

El director de la Arconel, Bolívar Lucio, reconoce que la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL), que tiene en su contra cerca de 30 000 denuncias -hasta la fecha- por exceso en el cobro de planillas, aplicó mal el procedimiento. Considera que se debe corregir con una refacturación.

«Quiero recordar que la CNEL está intervenida por Arconel desde diciembre. El aparecimiento de la pandemia desaceleró o casi paralizó el proceso», Bolívar Lucio.

Lucio señala, además, que la Arconel retomará la intervención y se contratará a una empresa para mejorar la toma de lectura de medidores en Guayaquil.

 

¿Cual habría sido el error?

No hay conceptos claros. Pero lo que se sabe es que CNEL calcula el monto de las planillas en base a una estimación del consumo.

Es decir, en el caso de un local comercial como un salón de belleza, por ejemplo,  ya hay un rango de consumo marcado que cada mes se repite. Pero en los meses de confinamiento, por la emergencia, no se leyeron los medidores, sino que se tomó en cuenta el rango de consumo de meses antes de la emergencia.

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El problema se da porque durante el confinamiento los locales como peluquerías o cyber no laboraron, pese a ello tienen planillas con valores similares o mayores a los de enero y febrero.

Es el caso de Tania Garcés, quien tiene que pagar a CNEL 870 dólares por el consumo de luz de los meses de marzo, abril y mayo.

«En febrero pagué 200 por la planilla, obviamente ese mes lo trabajé completo, pero la planilla de marzo me llega en 180 cuando ni siquiera pude laborar porque se nos vino el toque de queda», explica con desespero.

Confiesa que no ha podido recuperarse del mal momento económico por el que está pasando.

Otro de los casos es el de Christian Torres, dueño de un cyber, el reclama que en abril la planilla de luz le salió en $ 250 y en mayo 300 dólares.

«Es una barbaridad. Están locos, como nos roban al pueblo. Ni aunque tenga les pagaré esos valores, porque no trabajamos», comparte.

Cientos de casos similares al de Tania y Christian se registran en las afueras de la Empresa Eléctrica de Guayaquil, en el dificio ubicado en la Cdla. La Garzota. A diario llegan entre 100 y 150 personas a dejar  sus reclamos a ese lugar.

 

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