Los científicos no saben aún con exactitud cómo mata el coronavirus. A pesar de ello, los especialistas si conocen como la enfermedad afecta a cada uno de los órganos, para responder a la primera interrogante es necesario realizar más autopsias, señalaron.
PUBLICIDAD
La urgencia de la situación, con miles e enfermos la capacidad de los hospitales, ha relantizado mucho el ritmo al que se llevan a cabo las autopsias. No hay suficiente tiempo ni manos para dedicarse a la tarea.
Además, al tratarse de una enfermedad infecciosa, el contacto con cadáveres que aún pueden transmitir el virus necesita de medidas adicionales de seguridad, lo que complica aún más la capacidad para hacer todas las autopsias que serían necesarias.
Desde el principio de la pandemia, investigadores del mundo entero se han lanzado en masa a estudiar la COVID-19, una enfermedad que ataca principalmente a los pulmones pero que también tiene efectos desconcertantes en el corazón, los riñones y el cerebro.
Pero los patólogos necesitan desesperadamente esos tejidos para determinar qué es exactamente lo que está matando a los pacientes. ¿Es neumonía? ¿Coágulos de sangre? ¿Una respuesta inmune masiva? Además, ¿por qué muchos desarrollan insuficiencia renal? ¿Y qué pasa con los niños? Lo cierto es que, le pese a quien le pese, se trata de preguntas para las que aún no existen respuestas claras.
La contante evolución de la enfermedad y la incertidumbre a su origen dificulta en su estudio, por los factores antes mencionados, provoca que médicos del mundo no puedan entender en su amplitud como daña y mata esta cepa del coronavirus.
Para más noticias de tu interés, a continuación