La Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, estudia pagar a empresas del país que quieran establecer «sus cadenas de valor» en EE.UU. y sacarlas de China para ser menos dependientes del gigante asiático. El anuncio ocurre en medio de la crisis del coronavirus, indicó este martes su asesor económico principal, Larry Kudlow
PUBLICIDAD
«Damos la bienvenida a cualquier compañía estadounidense en Hong Kong o China, haremos todo lo que podamos para cubrir los gastos y el coste de mudarse si devuelven sus cadenas de valor y su producción a EE.UU.», afirmó Kudlow en una entrevista con la cadena Fox.
La pandemia del coronavirus, cuyo brote se originó en China, ha alterado las cadenas de valor mundiales y generado preocupación ante la dependencia del gigante asiático. Trump ha insistido de manera reiterada en la responsabilidad de Pekín por la expansión global del virus, lo que ha aumentado la tensión bilateral ya existente entre las dos grandes potencias.
La crisis desatada por el coronavirus ha provocado una ola de despidos masivos en EE.UU., con más de 36 millones de estadounidenses solicitando subsidios de desempleo en las últimas seis semanas. Pese a reconocer que se trata de «momentos muy duros y difíciles» para millones de ciudadanos, Kudlow apuntó que hay «tempranas señales de recuperación» en la economía ante el gradual levantamiento de las restricciones de movilidad.
Casi 100.000 estadounidenses han perdido la vida por COVID-19 y más de 1,6 millones se han contagiado, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
«La gente ve que los negocios están volviendo a abrir. Hay más viajes, más demanda de gasolina, una demanda fuerte de viviendas», agregó Kudlow, quien auguró que habrá «un rebote de la actividad económica en la segunda mitad del año».
El Congreso de EE.UU. aprobó en abril un paquete fiscal de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia del país, y la Reserva Federal ha aportado inyecciones de liquidez masivas al mercado para suavizar las tensiones financieras generadas.
PUBLICIDAD
Sin embargo, la magnitud de la crisis, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y con la tasa de desempleo cerca del 15 % en abril por la ola de despidos masivos, ha forzado a nuevas negociaciones de cara a un programa de estímulo fiscal adicional.
De acuerdo a las cifras oficiales, el índice de desempleo en Estados Unidos pasó del 4,6 % de la fuerza laboral en marzo al 14,7 % en abril, y los analistas del mercado prevén que en mayo roce el 20%. Este cálculo supera en mucho el índice de desempleo del 10 % marcado en octubre de 2009, cuando el país salía de la Gran Recesión (2007-2009) y se aproxima a las tasas de la Gran Depresión en la década de 1930. EFE
Para más noticias, revisa lo siguiente