La radiación ultravioleta puede ser un factor clave en regiones a 3.000 metros sobre el nivel del mar para que el COVID-19 sea menos virulenta. Ayuda a que se presenten menos contagios de coronavirus en la altitud, según un estudio de investigadores de Australia, Bolivia, Canadá y Suiza.
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Este estudio, publicado en la revista Respiratory Physiology & Neurobiology, ha llamado la atención por la relación que puede tener la altitud con la baja propagación del coronavirus. En una investigación que analizó los datos epidemiológicos del COVID-19 de Bolivia, Ecuador y el Tíbet, como también factores medioambientales.
LAS VENTAJAS DE LA RADIACIÓN ULTRAVIOLETA
«La radiación ultravioleta es una gran ventaja en la altura, porque es un esterilizador natural y nos puede proteger», dijo a Efe uno de los coautores del estudio y director del Instituto Pulmonar y Patología de la Altura (IPPA) en La Paz, Gustavo Zubieta-Calleja.
Según Zubieta-Calleja, el nivel de radiación en estas regiones como La Paz, la ciudad boliviana situada en un rango de 2.400 a 4.000 metros de altitud, «es extrema». Además, hay mayor exposición a esta radiación ultravioleta que permite esterilizar el ambiente, lo que ayuda a disminuir el riesgo de contagio.
Además hay otros factores como el ambiente seco y la presión atmosférica en la altitud, la mayor distancia entre moléculas, los drásticos cambios del tiempo y la «adaptación» de sus habitantes a la altura, que ayudan a que el contagio sea menor, indicó el investigador boliviano.
LAS TASAS DE INFECCIÓN EN LA ALTURA
Según a la investigación, las tasas de infección en regiones de gran altitud en Bolivia son aproximadamente tres veces menores que en las tierras bajas del mismo país. Incluso, actualmente pueden llegar a serlo hasta seis veces menos, según Zubieta-Calleja.
De acuerdo al último reporte del Ministerio de Salud, en Bolivia hay 164 decesos y 3.577 casos de coronavirus, la mayor parte en el departamento de Santa Cruz, a unos 400 metros sobre el nivel del mar.
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En el caso de Ecuador, una de las naciones más golpeadas por el COVID-19 en la región, señala que hay cuatro veces menos casos de coronavirus en áreas de gran altitud en comparación a regiones costeras, en un país con al menos 2.594 fallecidos y 31.467 casos de la enfermedad.
El Tíbet presenta una incidencia mucho menor de la pandemia en comparación con el resto de China, país donde se detectó el brote de COVID-19, y por debajo de la tendencia global que ha experimentado el coronavirus.
«Esta investigación puede ayudar de una forma inmensa demostrando el efecto favorable de la altura real y tangible que se está repitiendo en diversas partes del mundo», sostuvo Zubieta-Calleja.
Estos hallazgos no significan que no se deba cumplir con las medidas tomadas por los gobiernos como la cuarentena, el distanciamiento social, el uso del barbijo y el alcohol en gel.
Aún se debe ahondar en la investigación de ciertos factores como la presentación de los síntomas, ya que según el especialista en muchos lugares de altura hay varios casos de asintomáticos.
El investigador boliviano sugirió que estos datos pueden ayudar a utilizar luces ultravioleta en salas de terapia intensiva como se hace en China, bajo un protocolo científico que pueda ayudar a hacer frente a esta pandemia.
En el mundo hay unas 120 ciudades que se encuentran sobre los 3.000 metros de altitud, según la investigación. EFE