China prevé que las cinco vacunas contra el coronavirus desarrolladas en el país que han entrado en la segunda fase de las pruebas clínicas superen esa fase en julio. Así aseguró hoy un alto cargo de la Comisión Nacional de Sanidad.
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«No hemos registrado ningún efecto adverso grave en los voluntarios durante las pruebas. Si todo va según lo planeado, los proyectos finalizarían la segunda parte de sus pruebas en julio», indicó el subdirector de la citada institución, Zeng Yixin, en una rueda de prensa.
Hasta el momento, apunta el diario oficial China Daily, China cuenta con cinco posibles vacunas que han alcanzado ese nivel de desarrollo, de las cuales una se basa en un vector viral -un adenovirus, en este caso- para transportar partes del coronavirus y las otras cuatro, en una versión inactivada del agente infeccioso causante de la pandemia de la COVID-19.
Según el Centro para Control y Prevención de Enfermedades estadounidense, en la citada fase dos se expande el número de sujetos que participan en las pruebas y se administra la posible vacuna a personas que responden al perfil medio del destinatario final del remedio para evaluar su eficacia y seguridad.
En la tercera fase participarían miles de personas y, de superarla, teóricamente ya podría ser aprobada por las autoridades, aunque en ocasiones se lleva a cabo una fase cuatro con estudios más a fondo sobre la vacuna.
Habitualmente, el período para que una vacuna pueda estar disponible para su uso a nivel masivo es de al menos entre 12 y 18 meses, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Zeng explicó que China ha «innovado» en sus procedimientos habituales y, debido a la emergencia sanitaria mundial generada por la pandemia, ha permitido que se lleven a cabo al mismo tiempo estudios de la primera y la segunda fase a algunas de las candidatas.
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Hasta ahora hay unos 2.575 voluntarios que han participado en estos estudios, de los que 539 lo hicieron en la primera fase y otros 2.036, en la segunda.
«Tenemos datos preliminares de las pruebas de la primera fase sobre la seguridad de las vacunas y su capacidad para crear anticuerpos protectores (contra el coronavirus)», aseguró el número dos de la autoridad sanitaria china.
MAS CANDIDATAS A PARTIR DE JUNIO
Estos cinco proyectos no son los únicos que están siendo desarrollados en China, y Zeng avanzó que esperan aprobar más candidaturas para que puedan comenzar sus pruebas clínicas a partir de junio.
A finales de abril, el director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China, Gao Fu, indicó que las vacunas con las que ya se está ensayando podrían estar listas a principios de 2021 para ser empleadas en personas sanas.
Sin embargo, Gao reveló que mucho antes, en septiembre de este año, China podría tener lista una vacuna que podría ser utilizada en trabajadores sanitarios en caso de que se produjera una «situación de emergencia» como un rebrote a gran escala.
El desarrollo de una vacuna contra la COVID-19, pandemia que ha causado ya más de 300.000 muertes a nivel mundial, se ha convertido en una carrera contrarreloj en la que no está solo en juego la salud pública internacional.
Esta misma semana, la inteligencia estadounidense acusó a piratas informáticos chinos de haber realizado ciberataques contra centros de investigación estadounidenses para robar información sobre las vacunas y los tratamientos que están siendo probados en el país norteamericano.
Ante estas acusaciones, Pekín asegura que Washington solamente busca desviar la atención de la incidencia del virus en EE. UU. y agrega que es China quien debe temer los ciberataques ya que es el país que está «liderando al mundo» en la búsqueda de vacunas y tratamientos.
Con información de EFE