Julian Assange, fundador de Wikileaks, tuvo dos hijos durante el período en que estuvo en la embajada de Ecuador en Londres. La noticia la confesó la madre de los niños, que es una abogada y decidió pronunciarse en el periódico británico Mail on Sunday.
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La abogada es de origen sudafricano, se llama Stella Morris y tiene 37 años. Los dos niños nacieron mientras el australiano se encontraba refugiado en la embajada.
El diario publicó fotos del fundador de Wikileaks con sus hijos y la entrevista con la abogada. Ella confiesa que se enamoró de Assange hace cinco años, y que aún planean casarse.
La abogada decidió revelar la existencia de los niños, Gabriel y Max, porque «teme que la vida de Assange estará en peligro si permanece en Belmarsh», la prisión de alta seguridad de Londres donde está actualmente detenido debido a la nueva pandemia de coronavirus, señaló el diario.
Por lo cual, aún mantiene una relación con el australiano, a quien Estados Unidos quiere juzgar por espionaje. Desde el 2011 se habrían conocido y después de mantener una relación, nacieron su dos hijos que hasta ahora había mantenido en secreto.
Sin embargo, decidieron hacer pública la noticia porque cree que Assange está en un momento crítico de salud donde piensa que no tiene cómo sobrevivir “a la infección del coronavirus” que no para de extenderse en la prisión de Belmarsh, donde se encuentra recluido desde que fue sacado de la embajada de Ecuador hace un año.
Stella Morris conoció a Assange cuando se unió a su equipo legal, antes de que el activista pidiera asilo en la Embajada de Ecuador en 2012. Esto lo hizo para evitar la extradición a Suecia por un caso de agresión sexual que desde entonces ha sido retirado.
Después de conocerse, la abogada visitó, según cuenta, a Assange en la embajada casi todos los días y “conoció a Julian muy bien”.
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Fue en el 2015 que se enamoraron y dos años después se comprometieron. El fundador de Wikileaks pudo ver el nacimiento de sus hijos, vía streaming. Y posteriormente, ellos lo visitaban.
“Formar una familia fue una decisión deliberada de derribar esas paredes a su alrededor e imaginar una vida más allá de esa prisión. Si bien para muchas personas parecería una locura comenzar una familia en ese contexto, para nosotros fue lo más sensato que hacer, mantener las cosas reales. Me conmueve y cuando Julian ve a los niños, le da mucha paz, cariño y apoyo. Son niños muy felices», señaló Morris.
Ella detalló que su hijo Gabriel tiene tres años, mientras que Max tiene un año. Ellos «hablan con su padre a través de videollamadas”, finalizó.
