El estado de Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, tiene ya más de 37.000 casos de COVID-19 y 385 personas -100 en las últimas 24 horas- han fallecido a causa de ello. Mientras los hospitales empiezan a dar signos de desbordamiento y las autoridades trabajan por equilibrar la carga de pacientes en ellos, según informó este jueves el gobernador Andrew Cuomo.
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De acuerdo a las últimas cifras de este 26 de marzo ofrecidas por el gobernador, Nueva York ha registrado 37.258 positivos de coronavirus, ocho veces más que el vecino estado de Nueva Jersey (4.402 casos), la segunda área más afectada por el patógeno en Estados Unidos, donde según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades hay más de 68.000 personas contagiadas y han fallecido en torno a 1.000.
En casi todos los escenarios realistas, vamos a llegar a una sobrecarga de capacidad del sistema sanitario», declaró Cuomo, que está «trabajando en distribuir la carga de pacientes» entre los hospitales, ya que hay un mayor número en los del sur del estado, y está «expandiendo la capacidad de los del norte», además de establecer instalaciones de campaña para suplir a los que se «desborden».
Cuomo dijo que el número de fallecidos se está incrementando, 100 en un solo día desde los 285 que había ayer. Y apuntó que hay algunos pacientes conectados a los respiradores desde hace 20 y 30 días, lo que «aumenta la probabilidad de que haya un desenlace malo», que es «lo que está pasando».
En el estado hay 5.327 personas hospitalizadas, de las cuales están 1.290 en unidades de cuidados intensivos (UCI) con respirador, pero el gobernador calcula que se van a necesitar unos 40.000 de estos aparatos -tiene 12.000- y mientras intenta conseguirlos declaró que se va a apostar por el método de dividirlos entre dos personas, que se ha visto en otros países, e incluso «reconvertir» máquinas de anestesia.
Cuomo también quiso destacar la «avalancha» de solidaridad ciudadana: un total de 52.000 médicos y personal sanitario se han ofrecido voluntarios de «reserva» para trabajar y también lo han hecho unos 8.600 profesionales de la salud mental, en ambos casos procedentes de dentro y fuera del estado, y además diferentes empresas han estado donando materiales de protección y otros productos de primera necesidad.
Por otra parte, alertó de que en el estado se van a disparar los gastos para combatir la pandemia a la vez que hay una «pérdida de ingresos» de entre 10.000 y 15.000 millones de dólares, para lo que a su juicio el paquete de estímulo fiscal aprobado en el Congreso por valor de 2 billones de dólares «no cubre la necesidades del gobierno» estatal.
Con información de EFE