La provincia china de Hubei, donde surgió el covid-19 en diciembre del 2020, se dispone a levantar su cuarentena cuando hay en el mundo 1 800 millones de personas confinadas y el virus amenaza con cobrarse una nueva víctima de peso, los juegos olímpicos de Tokio.
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A partir del miércoles 25 de marzo del 2020, los habitantes sanos de esta zona del centro de China podrán moverse libremente. Pero los de Wuhan, ciudad origen de la pandemia y aislada desde finales de enero, deberán esperar al 8 de abril.
China registró el martes 78 nuevas muertes por el coronavirus, pero son casi exclusivamente de personas llegadas del extranjero. Esto prueba que la epidemia está casi controlada, aunque despierta el temor a una nueva ola de contagios.
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Para poder circular, los habitantes de Hubei deberán mostrar un código QR ‘verde’ en sus teléfonos móviles, una especie de justificante de que no están infectados.
“Espero con impaciencia la libertad”, dijo Willa a la AFP , subrayando que tras dos meses de confinamiento “la gente está bajo una inmensa presión”.
En total, la pandemia ya ha matado a 16 961 personas hasta la mañana de este martes 24 en el mundo desde diciembre y el número de contagios oficialmente registrados llega a 386 350 en 175 países y territorios, según cifras de la AFP.
El número de casos reales puede ser mucho mayor ya que en la mayoría de países sólo se realizan pruebas de diagnóstico a los pacientes más graves.
Ante el avance de la epidemia, el confinamiento se vuelve una regla.
Este martes, 66 millones de británicos se sumaban a un encierro obligatorio que va desde Argentina hasta El Salvador y ha dejado al 95% de los escolares en Latinoamérica y el Caribe -unos 154 millones de niños- sin escuela.
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Londres, desierto
“No deben encontrarse con amigos, si les piden que salgan deben decir que no”, insistió el primer ministro Boris Johnson en un solemne mensaje televisado el lunes, tras un fin de semana que vio parques y playas abarrotadas.
En un país receloso de sus libertades civiles, solo se podrá salir de casa para hacer la compra, un poco de ejercicio físico o ir al trabajo si es “absolutamente necesario”. Solo o de a dos.
El martes, las calles de Londres amanecían vacías salvo en las proximidades de los hospitales, donde los trabajadores llegaban con semblante grave.
Y desde muy temprano aparecían corredores noveles en los parques, a cuya entrada unos carteles recordaban la consigna de mantener dos metros de distancia entre personas.
Europa en crisis
Europa superó la barrera psicológica de los 10 000 fallecidos por covid-19 a principios de esta semana, la mayoría en Italia -con unos 6 000-, para un total de 185 000 casos confirmados oficialmente, una cifra muy inferior al número real de infectados.
Paradójicamente y en línea con una serie de anuncios ambiguos y contradictorios, Estados Unidos decidió volver a abrirse “muy pronto” al mundo de los negocios, anunció Donald Trump el lunes por la noche. “No podemos dejar que el remedio sea peor que la enfermedad”, declaró en un intento de evitar que el coronavirus dé al traste con la economía estadounidense y tal vez con su reelección.
En todo el mundo los gobiernos y los bancos centrales destinan miles de millones de dólares a una economía global paralizada por la pandemia.Este martes, las bolsas del mundo operaban en alza, optimistas ante estas medidas y una leve esperanza de alcanzar pronto el pico de la epidemia en Europa.
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