El público del Festival de Viña del Mar, conocido como el «monstruo», se mantiene un año más implacable en las gradas del anfiteatro de la Quinta Vergara. Por su parte, en los exteriores abundan los gritos conjuntos acerca de la crisis social que vive el país, con duras críticas al Gobierno.
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Con un aforo de alrededor de 15.000 personas, y como es habitual, el recinto que acoge el popular evento musical, que este año y hasta el próximo viernes celebra su 61 edición. Esta vez no solo está siendo escenario de los espectáculos musicales y humorísticos, sino del ánimo social del país.
«El pueblo unido jamás será vencido» fue uno de los gritos que de forma conjunta multitud de personas corearon en los minutos previos al show de este lunes, que encabezó la chilena Mon Laferte.
La cantante, ganadora de dos Latin Grammy y nacida en 1983 en la propia Viña del Mar, es uno de los rostros más críticos con el Ejecutivo de Sebastián Piñera.
PROHIBICIÓN DE ENTRAR PANCARTAS
Este año, las medidas de seguridad en los alrededores del anfiteatro fueron reforzadas para evitar que las protestas convocadas contra el festival. Las manifestaciones vienen realizándose desde octubre contra la desigualdad social.
Entre las prohibiciones para el público se encuentra el impedimento de acceder con pancartas, oficialmente para «no impedir la buena visión de otras personas». Aunque sí se anunció que dentro del recinto se entregaría material «para escribir mensajes».
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«En Chile torturan, violan y matan» y «Piñera culpable. Mutilados, violados, torturados» son algunos de los mensajes que se podían leer en carteles escritos con rotulador.
Además, varias personas consiguieron introducir globos con forma de letras con los que se formaba la frase: «Con todo, si no pa’qué», una de las consignas más utilizadas desde el estallido social de octubre.
Se puede también ver a gente con ojos pintados en la mano. Esto en señal de solidaridad con los más de 400 heridos oculares por los disparos de la policía durante las protestas de los últimos meses.
Esta segunda noche se produjo tras la tensión producida en la inaugural del domingo, cuando en las inmediaciones de la Quinta Vergara se produjeron fuertes choques entre manifestantes, que exigían cancelar el evento, y la Policía.
Según el Ministerio del Interior, los incidentes dejaron 24 detenidos, 29 agentes policiales heridos, nueve tiendas saqueadas y una decena de autos incendiados.
A esto se suma que usuarios de las redes sociales denunciaron que la transmisión televisiva del festival eliminó el sonido ambiente de la emisión, lo que impedía escuchar los gritos del público, que en diversas ocasiones fueron contra Piñera.
«El que no salta es paco (policía)», y «Sin censura, sin censura» fueron otros de los gritos de hoy del «monstruo», entre el cual también se escuchaba a gente cantando canciones de Laferte.
UNA NOCHE 100 % DE MUJERES CHILENAS
Además de la actuación de la cantante de «Plata tá tá», que vuelve al festival por segunda vez -la primera vez fue en 2017, cuando fue galardonada con una Gaviota de Plata y otra de Oro-, esta noche se subirán al escenario otras dos mujeres chilenas.
Se trata de la cantante Francisca Valenzuela y la humorista Javiera Contador, que ya adelantaron su afinidad con la perspectiva feminista. Esta agenda de la segunda noche adquiere fuerte simbolismo por el contexto del país.
También se espera que pueda comenzar con normalidad el concurso de la canción, tanto en su competencia internacional como folclórica, para el que se presentan artistas de ocho países latinoamericanos y que ayer debió ser suspendida por los disturbios. EFE