En cuatro o cinco meses comenzarán a probarse las primeras vacunas contra el coronavirus (COVID-19). Así lo anunció este 12 de febrero la Organización Mundial de la Salud (OMS). También concluyó que el uso de varios antivirales y antirretrovirales está siendo eficaz en pacientes testados.
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«Hay varias vacunas candidatas. Una o dos serán escogidas para pruebas en alrededor de cuatro o cinco meses», destacó Soumya Swaminathan, científica jefa de la OMS. Esto tras las reuniones en las que participaron 400 virólogos, epidemiólogos y otros expertos de todo el planeta.
El uso generalizado de estas vacunas, si las pruebas resultan exitosas, no llegaría sin embargo antes de 12 o 18 meses, subrayó Swaminathan.
Antivirales y antirretrovirales
La viróloga francesa Marie-Paule Kieny dijo que en el encuentro se determinó que varios fármacos o combinaciones de éstos están probando ser eficaces en pacientes de la enfermedad causada por el coronavirus.
Mencionó las pruebas que se están realizando es con un nuevo antiviral y aún en periodo de investigación (por lo que no está comercializado), que antes fue probado en enfermos de ébola.
Otro tratamiento que está dando buenos resultados es la combinación de dos anterretrovirales. Que ya estan en el mercado, genéricos (no están licenciados por una sola firma) y hasta ahora utilizados principalmente en portadores del virus VIH causante del sida.
Quedan preguntas por responder
Swaminathan admitió que aún quedan muchos aspectos de la nueva enfermedad por conocer, desde «cómo se originó y transmitió a los humanos a cuáles son las condiciones ambientales que hacen que algunos de los casos sean más graves», o la efectividad de las cuarentenas y limitaciones a los viajes en la contención del virus.
¿Respondieron a tiempo?
El director ejecutivo de la organización para Emergencias Sanitarias, Michael Ryan, fue preguntado sobre si China y la propia OMS actuaron con lentitud en el inicio de la epidemia. Según él, en los primeros días de este tipo de nuevas enfermedades siempre es difícil tomar medidas.
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«A veces es complicado captar las primeras señales, había unos 40 casos en medio de una temporada alta de gripe, e identificarlos era tan difícil como encontrar una aguja en un pajar», señaló, aunque subrayó: «Cuando la epidemia termine, veremos en qué se falló y qué podría haberse hecho mejor».
Con información de EFE
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