29 de febrero: año bisiesto, tiempo de catástrofes

Coronavirus de China, terremotos, incendios, inundaciones, muertes y conflictos internacionales. Así de convulsionado inició el 2020, que es año bisiesto y tiene mala fama de «tiempo de catástrofes». ¿Será que sí? La creencia popular y los hechos que deja la historia demuestra que puede ser verdad. Estos acontecimientos, y los que faltó mencionar, hicieron que el primer mes pareciera un año entero.

«El año bisiesto arregló los desperfectos que había»

Así dijo un investigador y científico. Tal vez parezca coincidencia pero hay hechos trascendentales en la historia de la humanidad en año bisiesto: El hundimiento del Titanic (1912) y el estallido de la Guerra Civil (1936).  Hasta muertes como la de Mahatma Gandhi (1948), la de Robert Kennedy y Luther King (1968), John Lennon (1980) e Indira Gandhi (1984).

En año bisiesto también se dio la construcción del campo de exterminio de Auschwitz (1940), la guerra de Irán-Irak (1980) y el inicio de la actual crisis económica (2008). Como último detalle curioso, el 29 de febrero fue nombrado el Día Mundial de las Enfermedades Raras. ¿Pura casualidad?

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«2020 es el año»

Al momento de esta publicación no ha transcurrido ni un trimestre del 2020. Este es año bisiesto y desde el día uno ya golpeó al mundo con tragedias, que nos sacó lágrimas y preocupaciones. Ni bien le dábamos la bienvenida al Año nuevo y se reavivó un conflicto entre Estados Unidos e Irán, tras el asesinado de Qasem Soleimani (3).

Entre esa crisis, Irán admitió que derribó un avión ucraniano que cobró la vida de 176 personas (8). Mientras el mundo tenía la atención en esta tensión, se registró la primera muerte por el coronavirus en Wuhan, China (9). En menos de dos semanas ya se habían confirmado otros casos en las 31 provincias del país asiático. A finales de mes ya habían casos en 20 países de Norteamérica, Europa, Asia y Medio Oriente.

Estábamos en alarma por el coronavirus, que ya  lleva 494 muertos y más de 24.000 contagios, y varios sismos ocurrieron en el Caribe.  El más fuerte y dañino de las últimas semanas se produjo en Puerto Rico (7). Y como que no fue suficiente, otros sacudieron la isla en días siguientes. Además, un temblor de 7.7 sorprendió a las Costas de Jamaica (28) y se sintió en Cuba y Miami. El mismo día hubo una réplica en las Islas Caimán.

En Australia, los incendios forestales no tuvieron piedad

Este lamentable hecho histórico todavía está en boca del planeta Tierra. Las llamas afectaron la flora, la fauna silvestre y hasta habitantes tuvieron que desalojar sus viviendas. Pero después llegaron las inundaciones y el granizo. Al asimilar esa tragedia, el volcán Taal de Filipinas hizo erupción (12), dejando casas destruidas y una densa capa de ceniza sobre árboles y animales.

El temporal Gloria arrasó en España al dejar muertos y viviendas afectadas por las nevadas, lluvias y fuertes vientos. Este es considerado uno de los más devastadores de los últimos años. Y más hacia el sur, las inundaciones azotaron Brasil y hasta más de 50 personas murieron. Cuando faltaban solo cinco días para por fin finalizar enero, un accidente de helicóptero se llevó a Kobe Bryant, a su hija y a siete personas más. Esta noticia enlutó al baloncesto y al deporte; todavía digerimos ese suceso.

¿Aún no crees?

Si después de leer esto todavía no crees la lógica de por qué al año bisiesto le dicen «año siniestro», debes recordar esto: El calendario nos regala un día más cada cuatro años. Es decir, en año bisiesto febrero tendrá 29 días, en lugar de los 28 habituales. Todo ello se hizo para que las fechas astronómicas y cronológicas coincidan en el calendario.

Dicha modificación fue luego de percatarse que existía un desajuste. Si no se corregía, en un plazo de 500 a 600 años, el solsticio de verano podría suceder en el solsticio de invierno y viceversa.

Tanto así que en la cultura romana se creían que el año bisiesto era un mal augurio. Por ende evitaban acontecimientos y eventos importantes ese día. Lo llevaron a la exageración y hasta se quedaban en casa para evitar celebraciones.

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