Ángel Llerena se convirtió en el primer ecuatoriano en ser nominado al Premio Nobel de Medicina y Fisiología, después que la Universidad Agraria de La Habana (Cuba) presentara su candidatura.
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Llerena es un investigador y docente ecuatoriano que propuso la utilización de agua con ozono, en lugar de químicos, para proteger a los cultivos de banano de su principal enemigo, la sigatoka negra.
Vinculado desde pequeño al agro, el científico ha impulsado esta investigación desde hace 5 años y los exitosos resultados ya son visibles en algunas plantaciones ecuatorianas.
Destaca que la falta de apoyo a la ciencia es uno de los principales obstáculos para más reconocimientos de esta magnitud para el país, porque “ideas hay”.
¿De qué trata la investigación y cuál es su importancia?
En Ecuador se utilizan 5 millones de litros de fungicidas químicos sobre las bananeras para controlar la principal plaga del banano, que es la sigatoka negra. Para evitar ese elemento contaminante, Llerena y su equipo propuso la utilización de agua con ozono. Esta investigación ya tiene más de 5 años de haberse realizado, pero desde hace tres años se obtienen resultados concluyentes y, actualmente, cinco haciendas bananeras utilizan nuestra metodología.
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¿Cómo tomó esta nominación?
Llerena indica que son pocos los ecuatorianos que han tenido la oportunidad de ser nominados a un premio Nobel. “Este es un reconocimiento a una labor que he venido desarrollando desde hace 25 años y, por pertenecer a una sociedad europea de fisiología vegetal, se pudo conocer mi trabajo. Fue en un congreso en Cuba, donde el comité postuló esta investigación realizada en la Universidad donde laboro”, señaló.
A pesar de haber estado optimista por su nominación, debido a la trascendencia de su investigación para Ecuador y el resto de países bananeros, dijo ser muy realistas, ya que en los últimos 11 años, los ganadores de este destacado premio han sido alemanes y norteamericanos.
Y, a pesar de no haber ganado en esta ocasión, su trabajo continúa. “Ahora estamos trabajando en la prevención de una de las enfermedades más difíciles en el área bananera: el mal de Panamá raza 4. A pesar de que en Ecuador no la tenemos, trabajamos para prevenirla porque sería una tragedia para la producción bananera en toda América.
Su motivación, el campo
Este investigador ecuatoriano nacío en Quevedo, donde sus padres tenían una propiedad bananera en el Vergel. Creció en medio de esta actividad y, aunque a los tres años viajó a Guayaquil, siempre estuvo vinculado en el área agrícola. Con la muerte de su padre en el 79, se hizo cargo de esa propiedad y desde los 15 años estuvo muy vinculado al trabajo en el campo.
Su hijo también es investigador y forma parte de su equipo de trabajo para el desarrollo de proyectos.