Más de 1.500 expositores, entre editores y escritores, se congregan en la Feria Internacional del Libro Quito 2019 que se inauguró este miércoles 18 de diciembre y que permanecerá abierta hasta el próximo domingo.
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El encuentro se realiza en el Centro de Convenciones Metropolitano, en el norte de la ciudad, un gran edificio en el que se han adecuado más de 8.000 metros cuadrados para albergar a las editoriales, a los escritores y a la variada oferta de libros.
Además, participarán representantes de las letras y de los libros de España, Argentina, Brasil, México, Chile, Colombia, Venezuela, Bolivia, Uruguay, Portugal y Perú.
Y aunque en esta edición no han participado varias de las más importantes casas editoriales del país, la Feria ha puesto énfasis en los autores y editores nuevos, para que puedan ser visibilizados, según sus organizadores.
«Regala libros, regala mundos» es el lema de la Feria que en esta edición destacará a la literatura ecuatoriana, según refirió en el acto inaugural María Fernanda Ampuero, gerenta del Plan Nacional del Libro y la Lectura y organizadora del encuentro.
«La literatura tal vez es un sueño que se hace realidad» en este tipo de encuentros, remarcó Ampuero que también es una destacada escritora ecuatoriana.
De su lado, Oswaldo Almeida, el presidente de la Cámara Ecuatoriana del Libro, alabó el esfuerzo de las editoriales para contribuir con lo mejor de esa industria a la Feria Internacional (FIL-Quito-2019).
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«Queremos que cada visitante salga con un libro bajo el brazo», añadió al comentar que este jueves las editoriales ofrecerán ofertas muy novedosas a los visitantes, para promover el comercio del libro y también la lectura.
Será, dijo, «una noche del libro, una noche para soñar».
De su lado, Sandra Araya, representante de la organización «Editores Independientes del Ecuador», aseguró a Efe que su sector siempre apostará por la lectura y consideró que las encuestas que aseguran que «el ecuatoriano no lee», están desactualizadas.
«Yo creo que sí se lee», pero la pregunta fundamental es «quiénes leen», agregó Araya al destacar la importancia de la Feria que, para ella, es «un encuentro de personas que quieren encontrarse con otros seres humanos» a través de los libros.
Su organización, añadió, se interesa en ofrecer una diversidad de lecturas con carácter independiente, sin la presión de las grandes casas editoriales, lo que beneficia a los autores noveles y a los lectores.
Según ella, hay una infinidad de «escritores que no pudieran ser leídos si no tuviesen estas pequeñas válvulas de escape», como es la la Feria del Libro.
Janith Moreno es una joven escritora ecuatoriana que presenta su segundo libro de poemas en la «FIL-Quito». «En manos del amor» es el título del texto porque, para ella, ese sentimiento es «la fuente de la vida».
«Muchos dicen que es difícil publicar un libro, pero creo que para una persona como yo, que ha nacido con ese amor por las letras, no es tan complicado», agregó la escritora de 21 años, que también se dedica a elaborar artesanías.
Ella no ha estudiado literatura, pero está segura que «la vida no se trata de economía, se trata de sentimientos» y de cómo ellos mueven los sentidos del mundo.
Ernesto Basantes, que dirige la Librería Anticuaria «Renacer», añadió que en su caso es también eso del amor, «por esa cultura antigua» que nos mueve a subsistir.
Con casi 30 años en el negocio, Basantes explicó que esta es la primera vez que participa en una Feria del Libro, con el objetivo de hacer conocer que «el libro antiguo tiene mucha valía, especialmente en lo relacionado con historia, los mapas y los grabados.
Además, destacó que en este primer día de la Feria ha notado que el público tiene «cierta curiosidad por el libro antiguo; miran, revisan, algunos toman fotografías, porque hay cosas inéditas que no lo tienen ni en los museos», agregó el librero. EFE