Una batalla campal entre vándalos encapuchados y la Policía se desató este jueves en la Plaza de Bolívar de Bogotá al cierre de las manifestaciones contra la política económica y social del Gobierno del presidente Iván Duque.
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Los encapuchados atacaron a los uniformados y arrojaron objetos, entre ellos cócteles molotov, en un intento de ingresar al Capitolio Nacional y al Palacio Liévano, sede de la Alcaldía.
Los vándalos también rompieron las barreras que protegían la estatua del Libertador Simón Bolívar, ubicada en el centro de la Plaza, y las mallas que protegían las fachadas de edificios del sector.
El alcalde de Cali, Maurice Armitage, decretó este jueves el toque de queda en esta ciudad, la tercera de Colombia, para contrarrestar el vandalismo que se desató en algunos barrios durante la jornada de protestas en el país contra la política económica y social del Gobierno del presidente Iván Duque.
Las protestas de este jueves son las más grandes contra el Gobierno de Duque y ocurren en un momento de agitación social en América Latina lo que acrecentó el temor a un brote de violencia.
Para evitar desmanes, el Gobierno puso en marcha medidas de seguridad que incluyen el cierre de las fronteras, despliegue de policías, vigilancia aérea y refuerzo de militares si es necesario en algunas ciudades.
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El Gobierno Nacional recordó esta semana a alcaldes y gobernadores que son ellos los responsables del mantenimiento del orden público y les autorizó a decretar el toque de queda, la ley seca y la prohibición del porte de armas si lo consideran necesario.
Además de los saqueos y la destrucción de bienes públicos, las autoridades de Cali contabilizaron 18 bloqueos al tráfico de vehículos, en algunos de los cuales hubo refriegas con la Policía que acudió para restaurar el orden.