Cuenca, la capital de la provincia de Azuay, se caracteriza por mantener sus sabores que van desde el chancho hasta el cuy con papas, sin embargo, guarda en sus múltiples rincones una variedad de platillos que forman parte de su cultura. Algunos sitios como las conocidas ‘huecas’ se niegan a dejar desaparecer estos sabores, mientras que los mercados de la ciudad se encargan de mantener la tradición de estos platillos.
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Y es que algunos sitios también tienen su particularidad, pues se ubican dentro de casonas antiguas donde una pequeña y vejuzca puerta te dan la bienvenida para saborear lo mejor de sus cocinas de antaño. Mientras que dentro de los mercados, las caseritas te dan la bienvenida a esta ruta de sabores.
El codiciado cuy con papas, jamás saldrá de esta ruta de sabores imperdibles. Es preparado al calor del carbón y acompañado de forma tradicional de jugosas papas cocinadas.
Las Herrerías tiene el toque con los tamales:
El barrio de Las Herrerías, es uno de los más buscados a la hora de elegir que probar en Cuenca. Aquí en los portales de las casas se ubican en gran número de pequeñas huecas dedicadas a la elaboración de los tamales de pollo y chancho. Su valor también es apetecible por los comensales nacionales y extranjeros.
Y es que este sector tiene historia forjada en hierros y donde las ollas ponen su toque de sabor, con los tamales, humitas, los chachis, cuchichaquis, quimbolitos, tortillas de maduro, verde, choclo, empanadas, melcochas; café, arroz con leche, chocolate, yaguana, aguas aromáticas y muchas más golosinas de antaño.
La famosa agüita que calma los nervios:
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“Deme un vasito de 50 centavos”, es lo que se escucha en el exterior del Monasterio del Carmen, decir a los cientos de ciudadanos que van en busca de las conocidas y medicinales ‘agüita de pítimas’. A esta pequeña despensa ubicada en el costado de la Plaza de las Flores a diario acuden decenas de personas para comprar un vaso de agua de pítimas, una bebida de color rojo, que a decir de mucho ha curado sus dolencias. Su nombre se deriva de la palabra quichua “piti” que quiere decir “poco”, y “más”, que significa “un poco más”. Esta bebida es parte de la tradición de Cuenca, misma que es compartida a los visitante.
Calientitas y llenas de queso, así son ricas las tortillas:
Las tortillas de maíz rellenas de queso y preparadas en tiesto son parte de la tradición del cuencano, aún más degustarlas por la mañana en el desayuno o con el cafecito de las 5 de la tarde. Muchos locales de la ciudad, sobre en el centro histórico, se dedican a la venta de esta golosina que se niega también a desaparecer. Su costo, 2 dólares, para muchos muy accesible a su bolsillo, para el delicioso sabor que probará. Su preparación no lleva ciencia, sin embargo quienes se dedican a la venta de estas, guardan celosamente su receta más íntima.
Papas con cuero, un platillo con tradición:
A decir de muchos cuencanos, las mejores papas con cuero se encuentran en los mercados locales. Su presentación y costo puede variar, sin embargo, su sabor y consistencia se guarda en la preparación por parte de las caseritas de estos centros de abasto. Su colorido atrae así como su olor y a la hora de probarlo, el paladar se engancha a este plato contencioso.
Papas bien cocinadas y un cuero de cerdo suave acompañado de hierbitas bien picadas, llaman la atención del visitante o turista, que busca probar un buen plato cuencano.