Néstor Genaro B., el sacerdote de la iglesia de Guápulo, en Quito, fue sentenciado a nueve años y cuatro meses de prisión por abusar sexualmente de una niña de 10 años.
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El Tribunal de Garantías Penales de Pichincha también ordenó el pago de cinco mil dólares como reparación integral. Además, del tratamiento psicológico que la víctima y su familia deben recibir.
Los hechos
La tarde del 2 de febrero de 2019, la niña recibía clases de catecismo, cuando Néstor Genaro fue a buscarla y la sacó del salón. Le ofreció galletas y la trasladó hacia su despacho, cerró la puerta con seguro y colocó a la niña sobre sus piernas, la besó y toco sus partes íntimas.
La Fiscal también presentó el informe de la pericia de audio y video aplicado a las cámaras de la institución donde se impartía la catequesis y se corroboró que el párroco se fue con la niña por aproximadamente veinte minutos.
Agregó además el testimonio de las catequistas, el reconocimiento del lugar de los hechos y la pericia psicológica, que estableció que la niña sufre de estrés postraumático. Con este conjunto de pruebas, Fiscalía evidenció la responsabilidad de Néstor Genaro B. en el hecho.
No es el único delito del sacerdote
El ciudadano sentenciado enfrenta otro proceso penal por el delito de violación a la hermana de la víctima.
Según el artículo 170 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), la persona que en contra de la voluntad de otra, ejecute actos de naturaleza sexual sin que exista penetración será sancionada con una pena privativa de libertad de tres a cinco años.
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En este caso se aplicaron las agravantes del artículo 48 COIP, numerales 1 y 8, por encontrarse en una institución educativa y por ser sacerdote de una iglesia.
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