Ecuador vivió una de las épocas más crueles de su historia cómo República. Represión policial, enfrentamientos entre civiles, saqueos, robo, muertos, heridos, detenidos y daños a la propiedad privada y pública se evidenciaron durante los 11 días de paro nacional.
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Una imagen se convirtió en viral, no solo en medios nacionales. La fotografía captada por David Díaz Arcos tuvo un alcance mundial. El 09 de octubre, octavo día de manifestaciones, el fotógrafo se encontraba en el Centro Histórico de Quito, cuando sin haberlo planeado captó un cuadro que habla por si solo.
Una mujer indígena aparece parada en medio de la calle, mientras una nube de gas lacrimógeno la cobija; ella no posó para la imagen. David relató a la BBC que se estaba retirando del lugar de las protestas después de ser impactado por un perdigón en la pierna.
Después de realizar tres disparos con su cámara, se dispuso a conversar con la mujer, pero, desafortunadamente, otras bombas lacrimógenas llegaron a este espacio haciendo que todos corran.
La fotografía se volvió, inmediatamente, en uno de los retratos más compartidos en redes sociales, pero a la vez emblemáticos de esta cruel jornada de protestas contra las medidas económicas tomadas por Lenín Moreno. Los civiles salieron a protestar tras eliminar el subsidio de los combustibles después de 40 años.
David Díaz Arcos señaló que esta imagen muestra el verdadero papel que cumple la mujer indígena, no solo en las protestas, sino en el Ecuador.
La mujer indígena sufre triple vulneración: por ser indígena, por ser mujer y por ser pobre. Feminas indígenas como Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña, en la década de los 30’, permitieron que nazca la Federación Ecuatoriana de Indios, así como los primeros sindicatos agrícolas y las primeras escuelas bilingües (kichwa y español).
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«La foto habla por sí sola», le dijo a BBC News Mundo desde la Casa de la Cultura de Quito, David Díaz Arcos, fotógrafo documental y realizador audiovisual de profesión.
