Las entregas de las películas de terror de “El Conjunto” nos han enmarcado en varios casos paranormales que ponen en tela de duda si en verdad las muñecas y demás figuras infantiles son del todo adorables.
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Uno de los casos más sonados es la de la muñeca Anabelle, quien esta semana tiene su tercera entrega. Así que ahora te mostraremos un conjunto de muñecos que son igual o más temerarios que Anabelle.
Paratamos mencionando que la muñeca no era de cerámica, más bien de trapo al estilo «Raggedy Ann».
De acuerdo a los reportes, esta muñeca fue regalada por una mujer a su hija en 1970, pero a los pocos días comenzaron a suceder fenómenos paranormales, como que la muñeca parecía moverse sola e incluso aparentemente dejaba mensajes como «Ayúdanos» o «Salva a Lou», que casualmente era como se llamaba el novio de la chica.
Robert
Robert era el muñeco más famoso. Su historia comenzó en el hogar de la familia Otto en 1896 que tenía la fama de abusar de sus sirvientes.
El muñeco se convirtió en compañero absoluto del niño al punto en que acostumbraba a hablar con él, pero luego comenzaron a ocurrir cosas extrañas donde incluso vecinos reportaron que lo vieron moverse por las ventanas cuando no había nadie en casa.
Ruby
Ruby es una muñeca de porcelana y tela creada a principios de 1900 que según reportes estaba poseída por una niña que murió mientras la sostenía.
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Un punto interesante es que se dice que la muñeca causa un sentimiento de tristeza o náusea a cualquier persona que la sujeta, aunque se cree que no es tan amenazante o diabólica como otras de la lista.
Peggy
Peggy luce muy inocente, pero se dice que causa náuseas, mareos, dolores de cabeza e incluso ataques cardíacos a los que simplemente ven su foto, y de acuerdo a los reportes los que la llegan a ver en persona podrían hasta volverse locos.
Actualmente es propiedad de la investigadora británica Jayne Harris, que la obtuvo de unas personas que aseguraban que la muñeca les causaba malos sueños.
Letta
Esta es una de las historias más terroríficas, ya que en la década de 1970 un hombre la encontró debajo de las tablas del piso en una casa abandonada en Australia, y la colocó en la cajuela de su auto pero cuando se dirigía a casa escuchó ruidos y a alguien decir «Letta me out» (Déjenme salir), por lo que decidió bautizarla como Letta.
Al llegar a su casa sus hijos se aterrorizaron con su presencia ya que aseguraron haberla escuchado hablar y moverse por su cuenta, además de que los perros se alteraron al verla.
Se dice que los que interactúan con Letta pueden tener pesadillas o sentir náuseas, y de acuerdo a una investigación tenía más de 200 años y fue creada con cabello real por gitanos de Europa del Este.