El Gobierno de EE.UU. premió este jueves 20 de junio de 2019 a los ecuatorianos, Daniel Rueda y Verónica Supliguicha, por su trabajo «pionero» contra la trata de personas, enfocado en ofrecer a las víctimas la asistencia legal, psicológica y sanitaria que necesitan para «reconstruir su proyecto de vida».
PUBLICIDAD
El trabajo de ambos, fundadores del centro Alas de Colibrí, fue reconocido durante una ceremonia en el Departamento de Estado, en la que recibieron un galardón por parte del titular de Exteriores estadounidense, Mike Pompeo, y de Ivanka Trump, hija y asesora del presidente, Donald Trump.
El Departamento de Estado les describió como «incansables defensores y expertos» en la lucha contra la trata y unos «verdaderos pioneros», que han ayudado a 300 víctimas de explotación laboral y sexual desde un «enfoque personalizado e integral que da poder» a quienes han sufrido.
Rueda y Supliguicha fundaron en 2012 Alas de Colibrí, uno de los dos centros que luchan contra la trata de personas en Ecuador.
En una entrevista, Rueda explicó que su trabajo se centra en la víctima: «Es importante no revictimizarla, crear un espacio de vida para que pueda seguir adelante con sus expectativas, con sus sueños. Cada ser humano quiere tener un proyecto de vida y ese proyecto ha sido cortado por la trata».
«Es importante reconstruir ese proyecto de vida», subrayó Rueda.
Para ello, el centro Alas de Colibrí crea un espacio «seguro, de confianza y tranquilidad, sin culpa y sin cuestionamiento» que es fundamental para ayudar a las mujeres, especialmente a las adolescentes que han sufrido explotación sexual, destacó Supliguicha.
La ecuatoriana argumentó que la trata de personas tiene dos vertientes importantes: primero, es producto de la «naturalización de la violencia contra la mujer», y segundo, está provocada por condiciones «estructurales», como la pobreza, la exclusión y fenómenos de movilidad humana.
PUBLICIDAD
«Lamentablemente, -aseveró- vivimos en una sociedad, en un mundo que lo primero que hace es culpabilizar a quien es víctima y creo que, por ahí, nosotros podemos empezar a cambiar y entender que esto no es sino el resultado de una serie de factores que las obliga a ser víctimas de trata o explotación sexual».
Lo peor es que al hablar de este fenómeno, según Supliguicha, la sociedad olvida mencionar a los que agreden a las mujeres y utilizan su poder económico, edad y condición de hombre para «cosificar» a las víctimas y «utilizarlas como mercancías, en vez de que como seres humanos».
«Esa es la parte de la trata de la que no hablamos, que no decimos porque socialmente puede ser incómodo, pero hay que decirlo», reclamó. El centro Alas de Colibrí está en Quito y ahora se enfrenta a un nuevo desafío: los miles de migrantes de Venezuela que llegan a Ecuador y que, por su situación de vulnerabilidad, pueden ser víctimas de trata.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unos 4 millones de venezolanos están viviendo fuera de su país y unos 100 000 se encuentran actualmente en Ecuador.
Te puede interesar:
Te dejamos en video: