Investigadores de la Universidad de Bergen, Noruega, determinaron que aspirar las partículas que se desprenden de los productos de limpieza es tan dañino como fumar 20 cigarros al día, ya que éstas irritan las vías respiratorias.
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Según el estudio, las personas que se han dedicado a realizar la limpieza por más de 20 años presentaron una disminución en su capacidad pulmonar, la cual equivale a fumar una cajetilla diariamente.
Además, debido a esta disminución los riesgos de padecer asma incrementan entre quienes se dedican a estos trabajos.
Para realizar el estudio se tuvo la participación de seis mil 235 personas, quienes hicieron al menos una prueba de la función pulmonar en la Encuesta de salud respiratoria de la Comunidad Europea.
Finalmente, Cecilie Svanes, una de las investigadores, consideró que muchos de los químicos que se usan para realizar actividades de limpieza son innecesarios.
