Desde diciembre del año pasado hasta la fecha, mucho se ha hablado sobre el favoritismo de la reina Isabel II con la Duquesa de Sussex, Meghan Markle, por encima de la duquesa de Cambridge, Kate Middleton, quien ya tiene años en la familia.
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En diciembre la reina invitó a la exactriz Meghan Markle a pasar la Navidad en compañía de la familia real en Sandringham House. Hasta entonces, la monarca había cumplido la norma de no sentar a su mesa a ninguna pareja de sus familiares que aún no luciera el anillo de bodas, pero con Meghan Markle, a la que entonces todavía le faltaban cinco meses para casarse con el príncipe Harry, quiso hacer una excepción.
Siete años antes, Kate no corrió con esa suerte y tuvo que separarse de su prometido y volver a casa de sus padres para pasar esas fechas.
El pasado jueves, la duquesa de Sussex volvió a ser objeto de otro insólito privilegio de parte de Isabel II. Fue su primer acto público juntas y la reina se llevó a Meghan a Cheshire, donde inauguraban un puente, en el tren real; un medio de transporte reservado para la propia Isabel II, el príncipe Carlos y sus respectivos consortes en el que se dice que ni el príncipe Harry, ni el príncipe Guillermo, ni Kate han montado jamás.
En Cheshire, la duquesa de Sussex lució además unos pendientes que la reina le había regalado de su colección personal. Las fotografías probaban por otra parte la buena sintonía de la extraña pareja durante toda la jornada, que además se producía solo tres semanas después de la boda con el príncipe Harry.
Otro récord para Meghan Markle, ya que el primer acto que la reina y la duquesa de Cambridge protagonizaron a solas no llegó hasta pasado un año desde la boda con el príncipe Guillermo en 2011.
Se trató en esa ocasión de un viaje a Leicester, a donde viajaron en un tren ordinario. Tiempo después, Kate Middleton recordó esa primera cita en un documental sobre la reina: “Fui sin Guillermo, por lo que estaba bastante inquieta. La reina me apoyó mucho. El hecho de que se preocupara de que estaba contenta y animada demuestra lo afectuosa que es”, dijo.
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En esa ocasión la reina estaba de tan buen humor como durante su excursión con Meghan. Una semana antes ya habían coincidido juntas en un acto en una tienda de Londres al que también asistió la duquesa de Cornualles.
Con Meghan, por el contrario, Isabel II no ha necesitado a su Camilla como chaperona antes de decidirse a viajar con ella a solas.
Sin embargo, la reina Isabel le ha regalado más joyas a Kate que a Meghan, aunque por supuesto lleva ventaja porque se conocen desde 2008.
A Kate, tres meses después de su boda, le prestó uno de sus broches favoritos, que la duquesa se puso durante su primer viaje oficial. Además le ha obsequiado con unos pendientes de diamantes y con un collar que recibió por su boda con el duque de Edimburgo.
En una gala en la National Portrait Gallery en 2014, también lució el espléndido collar de Nizam de Yderbad, hecho con 38 diamantes y 13 esmeraldas.