Las autoridades peruanas entregarán a Ecuador 26 tortugas galápagos (Chelonoidis nigra). Estas fueron rescatadas hace más de un año en un autobús en la región norteña de Piur. Así lo informó hoy el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre peruano (Serfor).
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Según un comunicado oficial del organismo, las tortugas retornan a su lugar de origen. Como resultado de las coordinaciones entre ambos gobiernos, a través del Ministerio de Agricultura y Riego de Perú (Minagri) y el Ministerio del Ambiente de Ecuador.
El Serfor recordó que esta especie se encuentra en peligro de extinción. Por lo que está protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
Las tortugas fueron incautadas en un operativo realizado el 17 de abril de 2017. En la carretera entre las ciudades de Piura y Sullana, donde miembros de la Policía Nacional del Perú y la superintendencia de tributos y aduanas de Paita encontraron 29 tortugas. Estas estaban envueltas con cinta adhesiva en una caja de cartón.
La caja estaba en una de las bodegas de un autobús de una empresa de transporte turístico internacional que procedía de la ciudad peruana de Tumbes, fronteriza con Ecuador.
«Las pésimas condiciones y el estrés al que fueron sometidos los ejemplares durante su transporte causaron la muerte de dos de los reptiles», indicó el Serfor.
Las otras 27 tortugas galápagos fueron entregadas por el Serfor. En custodia temporal, al zoológico «Cecilia Margarita«, en la ciudad de Piura. Las tortugas recibieron atención especializada. Aunque en enero de este año se reportó la muerte de otra de ellas.
La nota oficial remarcó que se trató del «primer caso de tráfico de tortugas gigantes de Galápagos. Esto, pese al enérgico programa de control que se realiza en el Parque Nacional Galápagos y en los aeropuertos de Ecuador para evitar el tráfico de vida silvestre».
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Informó que los Gobiernos de Perú y Ecuador trabajan en el diseño de una estrategia binacional que definirá las acciones para frenar la extracción, transporte y comercialización ilegal de fauna silvestre y de sus partes (huesos, pieles, animales disecados y otros).
Esa estrategia contará con acciones de monitoreo y control del tráfico ilegal. Así como manejo y repatriación de especímenes incautados. También la promoción de alternativas productivas para las comunidades rurales involucradas en esta actividad ilícita. Sin dejar la educación y participación de la sociedad civil y el fortalecimiento de las capacidades de instituciones públicas. EFE