La Cancillería ecuatoriana reiteró hoy que el activista australiano, Julian Assange, a quien Quito restringió esta semana el acceso a comunicaciones, se comprometió «libre y voluntariamente» a no intervenir en asuntos internos de otros Estados.
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Con relación al caso del fundador de WikiLeaks, la Cancillería reiteró en un comunicado que el Gobierno de Ecuador actúa «en el más estricto apego a la Constitución, las leyes y el derecho Internacional» y mantiene «en todo momento su actuación en defensa de los derechos humanos y del interés nacional».
Al respecto -añade- el Gobierno considera «inaceptables las afirmaciones falsas que se están difundiendo de manera irresponsable por las redes sociales que ocultan antecedentes de esta situación y que niegan la existencia de documentos sobre el compromiso de Assange por medio del cual éste se obligó a no pronunciarse sobre asuntos internos de otros Estados».
En este sentido, el Gobierno del Ecuador «confirma categóricamente» que Assange, «en atención a la protección internacional mantenida por Ecuador, se comprometió, libre y voluntariamente, a ‘no interferir en los asuntos internos de los Estados’, a respetar las leyes del Estado que le protege e incluso señala que defenderá ‘los intereses del Ecuador como lo haría el mejor de sus ciudadanos'», indicó la Cancillería en el escrito.
En el comunicado, destacó, igualmente, que, más allá de dicho compromiso, todas las personas independientemente de su condición, con inclusión de quienes están bajo protección internacional, «están obligadas a respetar las normas del derecho internacional que rigen la convivencia pacífica y las relaciones de amistad y cooperación entre las naciones, ciudadanos y pueblos civilizados del mundo».
Entre éstas, señaló, el deber de abstenerse de actividades políticas en país extranjero, previsto en el artículo 38 de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.
En su escrito, la Cancillería recordó que la solución a este caso solo será posible «si el mismo es tratado con la seriedad y responsabilidad necesarias, a la vez que por medio del estricto respeto al derecho internacional y la cooperación debida de todas las partes involucradas».
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El pasado miércoles, el Gobierno ecuatoriano restringió el acceso a las comunicaciones, y también las visitas, al activista australiano por «no poder controlarse» y opinar sobre cuestiones que Quito considera perjudican a su política exterior.
Y es que Assange volvió a manifestarse la última semana sobre dos cuestiones políticas, una la de Cataluña y la otra la expulsión de diplomáticos rusos en respuesta al envenenamiento del doble espía ruso Serguéi Skripal.
El activista australiano permanece bajo régimen de asilo en la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012, al considerar el entonces Gobierno de Rafael Correa que su vida e integridad física corrían peligro. EFE