Kristin Toussaint / www.metro.us
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¿Alguna vez has estado tan concentrado en tus pensamientos que no escuchas? ¿O has estado en un lugar tan ruidoso que no eres capaz de escucharte pensar? No es una hipérbole. De hecho, hay una conexión real entre cuán fuerte es tu voz interna y cuán ruidoso percibes el mundo exterior, según un estudio.
Investigadores de la Universidad de Nueva York, de la NYU Shanghai y de la Universidad Zhejiang en China, publicaron recientemente sus descubrimientos en un paper llamado “El habla imaginada influye en el volumen percibido del sonido”.
David Poeppel, profesor de Sicología y Ciencia Neuronal en la NYU que participó en la investigación, dijo que esto ayuda a entender mejor la manera en que funcionan nuestros cerebros.
“El estudio se trata en realidad de probar algo muy específico sobre cómo funciona la producción de palabras”, dice. “Cuando tus pensamientos son traducidos a palabras — cuando planeas decirlas— también piensas en cuán fuerte debes decirlo. Se puede usar eso como prueba para descubrir cuán ruidosa es tu experiencia con el entorno”.
Para el estudio, los investigadores pidieron a personas pensar en una palabra y decírsela muy fuerte y muy suave a sí mismas. Los participantes no tenían que decir nada, ni siquiera mover sus bocas. Solo tenían que gritarse esa palabra a sí mismos en sus cabezas.
Entonces, los investigadores pudieron música y los participantes tuvieron que calificar, del 1 al 10, cuán fuerte les parecía.
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Cuando alguien piensa con una voz interna «fuerte», los ruidos externos suenan más silenciosos, según el estudio.
“Supongamos que te pido que grites la palabra ‘gato’ en tu cabeza, y justo después hago un sonido. Imaginarás que fue despacio, porque tu pensamiento fue muy ruidoso”, explica Poeppel. “Y viceversa, si es que imaginas algo silencioso, creerás que el sonido exterior es más fuerte”.
Los investigadores repitieron el experimento varias veces, solo usando calificaciones de comportamiento de los participantes. Luego, usaron dos tipos diferentes de tecnología de imágenes cerebrales durante el proceso. Los resultados fueron siempre los mismos.
Sonidos futuros
“La idea es que cuando traduces tu pensamiento en una palabra, cuando estás planeando decirla, antes de que muevas los labios y la lengua, la palabra ya está pensada como un sonido”, dice Poeppel. “Ya ha sido transformada en un sonido futuro”.
Estos hallazgos podrían ayudar a influenciar en gran cantidad de investigaciones adicionales, sobre todo desde el tartamudeo hasta la esquizofrenia, pero son importantes principalmente porque nos acercan a la comprensión de «cómo funcionan nuestros cerebros y cómo interactúan con el mundo externo».
Esa interacción podría terminar desconcentrándonos a veces. Eso podría probar que los sonidos fuertes en el mundo están “compitiendo” con los sonidos en nuestras cabezas, dice Poeppel. Así que la próxima vez que alguien te grita porque estás perdido en tus pensamientos, puedes decirle honestamente que no lo estabas escuchando.