Hoy una nuevo parque nacional se suma a las 54 áreas protegidas del Ecuador. Al sur del país, en la Cordillera Real Oriental, colindando con el Parque Nacional Sangay se encuentra Río Negro-Sopladora, un área dominada por páramos y bosques andinos casi intactos que albergan una gran riqueza de especies de animales y plantas.
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Debido a su importancia biológica e hídrica, el Ministerio del Ambiente de Ecuador (MAE) y la ONG Naturaleza & Cultura Internacional (NCI) suscribieron en el 2017 un convenio para impulsar la incorporación de 30 616 ha de Río Negro-Sopladora al al Subsistema de Patrimonio de Áreas del Estado (PANE) y al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ecuador. Y hoy en la ciudad de Macas (Provincia de Morona Santiago), frente a 300 invitados el Ministro del Ambiente, Tarsicio Granizo, declaró el nuevo parque nacional, ubicado en las Provincias de Azuay y Morona Santiago, al sur del Ecuador.
Desde 1971 que Río Negro-Sopladora es protegido bajo la categoría de Área de Bosques y Vegetación Protectora Cuenca del Río Paute, “una categoría de conservación muy débil” para Fabián Rodas, coordinador de la oficina de NCI del programa Austro.
Entre el Parque Nacional Sangay y el Parque Nacional Podocarpus, dos áreas protegidas de importancia mundial para la conservación de la biodiversidad, existían 160 km de terreno casi desprotegido. “Durante estos últimos años se había identificado un sector con vacíos de conservación”, afirmó Rodas. La nueva área protegida es una pieza clave que conecta algunas reservas municipales con los dos parques nacionales. Además, según el biólogo Eduardo Toral, la nueva área declarada funciona como un corredor altitudinal queconecta los páramos con los bosques piemontanos.
Son pocos los lugares en los Andes ecuatorianos donde ha habido muy poca intervención humana. Río Negro-Sopladora es uno de estos lugares. Su topografía agreste, con una variación altitudinal que va desde los 800 hasta los 3902 metros sobre el nivel del mar, y su clima lluvioso han impedido que los agricultores y ganaderos colonicen estas tierras.
Una de las pocas huellas que ha dejado el humano en esta zona ha sido un sendero de 45 km que fue utilizado por las culturas precolombinas Cañaris y Ashuar para realizar intercambios comerciales entre los Andes y la Amazonía. Mónica Pesantes, de NCI y encargada de realizar el Estudio de Alternativas de Manejo del nuevo parque nacional, cuenta que hace 102 años el Padre Albino del Curto abrió el camino con fines religiosos. Actualmente, una vez al año, en noviembre, los pobladores locales y turistas realizan una peregrinación católica por este sendero, que empieza en Sevilla de Oro y termina en Copal.
La otra huella de la presencia del hombre y que hoy podrá ser controlada es la amenaza de la minería. Según Rodas, esta zona es muy rica en minerales. Afortunadamente, NCI logró el acuerdo de declarar esta área como Parque Nacional con el MAE antes de que se instalen concesiones mineras importantes en la zona. Sin embargo, Rodas cuenta que tuvieron que excluir una concesión ubicada al sur del área, porque ya había sido previamente entregada.
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Con la declaración de esta zona como parque nacional, no se podrá realizar ninguna actividad extractiva de recursos no renovables, a menos que el Presidente de la República o la Asamblea Nacional lo permitan, según el artículo 25 de la Ley de Minería.
Pero existe la posibilidad de que el Parque Nacional Río Negro-Sopladora quede completamente protegido, si el próximo 4 de febrero, en la consulta popular, la mayoría de ecuatorianos vota por el sí cuando responda a la pregunta: “¿Está usted de acuerdo con enmendar la Constitución de la República del Ecuador para que se prohíba sin excepción la minería metálica en todas sus etapas, en áreas protegidas, zonas intangibles y centros urbanos, de conformidad con lo establecido en el Anexo 5?”.
Una zona biodiversa
Durante julio del año pasado, el biólogo Eduardo Toral y su equipo de NCI, se adentraron en los bosques inexplorados de Río Negro-Sopladora. En tan solo 12 días descubrieron tres nuevas especies de anfibios: una rana, una salamandra y una culebra ciega. Esta expedición formó parte de la evaluación biológica de la zona como requisito para declarar un espacio como parque nacional.
Los resultados de esta evaluación demostraron que esta área aún conserva ecosistemas en excelente estado natural, con una cantidad importante de especies, varias de ellas endémicas, amenazadas, raras e incluso con la posibilidad de descubrir nuevas especies para la ciencia.
Entre los cuatro tipos de bosque andino y los dos tipos de páramos que existen dentro del nuevo Parque Nacional Río Negro-Sopladora se encontraron 344 especies de plantas vasculares, de las cuales una podría ser nueva. Los biólogos registraron 136 especies de aves, 23 especies de reptiles y anfibios, y 43 especies de mamíferos. Entre los animales más representativos se encuentran los osos andinos, el tapir, el cóndor andino e incluso Rodas sospecha que también podrían encontrar jaguares.
“Es muy probable que esta sea la primera investigación biológica que existe del área”, dijo Rodas, refiriéndose a la evaluación biológica realizada que forma parte de los requisitos para declarar un área protegida. Debido a su inaccesibilidad, el Parque Nacional Río Negro-Sopladora es muy poco conocido en términos científicos, todavía quedan muchas especies por descubrir.
Especies descubiertas
El biólogo Eduardo Toral narró cómo lograron descubrir las tres nuevas especies de anfibios. Cuenta que observaron, por ejemplo, a una rana de color verde, de unos 7 cm que se escondía debajo de una roca, a orillas de un río. Su canto la delató y permitió que los investigadores la hallaran. “Cuando la encontramos sabíamos que era algo nuevo. Pertenece a un grupo que se está describiendo”, dijo Toral.
Luego vendría la salamandra. Normalmente estos anfibios son pequeños y viven en rangos altitudinales por debajo de los 1000 metros sobre el nivel del mar. Cuando Toral y su equipo encontraron a esta salamandra se dieron cuenta de que se trataba de una nueva especie, pues se hallaba a una altura de 1500 metros sobre el nivel del mar y medía alrededor de 10 cm.
Toral recuerda también que aquel día de trabajo dentro de Río Negro-Sopladora parecía que el cielo iba a colapsar. La lluvia caía sin tregua y removía la tierra del bosque. Y fue cuando cerca del Camino Padre Albino del Curto vieron a una culebra deslizándose por el lodazal. La lluvia la había obligado a abandonar su refugio. Toral cuenta que apenas la vieron se lanzaron para atraparla. Estos anfibios se los conoce como cecílidos o culebras ciegas. “Estos animales son muy raros de encontrar. El único cecílido equivalente al que encontramos está en la falda occidental del Ecuador, en la depresión hacia la costa. Nosotros encontramos la nueva especie al otro lado”, señaló Toral.
Importancia hídrica
El Río Negro que corre dentro del nuevo parque nacional forma parte de la cuenca del río Paute, que abastece al sistema hidroeléctrico Paute Integral, el cual genera 1757 Mw de energía hidroeléctrica, según la Corporación Eléctrica del Ecuador
Los ríos, afluentes y cascadas son también fuente de agua para las poblaciones aledañas. La preservación de los recursos hídricos es una motivación importante para las comunidades a la hora de proteger los bosques. Esto lo pudo comprobar Rodas en el proyecto del Corredor Sangay-Podocarpus, donde se impulsa la creación de reservas municipales para conectar el Parque Nacional Sangay con el Parque Nacional Podocarpus mediante un corredor de áreas protegidas naturales. “Con los servicios ambientales que presenta el ecosistema logramos el interés de las comunidades locales”, explicó Rodas.
Y fue gracias a la voluntad de estas comunidades, a los estudios biológicos, a la iniciativo de NCI y de Andes Amazon Fund, así como del Gobierno ecuatoriano a través del Ministerio del Ambiente que hoy el Parque Nacional Río Negro-Sopladora ha recibido la categoría más alta de conservación del país.
El artículo fue realizado por Valeria Sorgato de Mongabay Latam.
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