El confinamiento del activista Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, donde lleva más de cinco años recluido, es «peligroso» para su salud, según advierten este 24 de enero en un artículo en «The Guardian» una doctora y un psicólogo clínico que lo examinaron en octubre.
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«Si bien los resultados de la evaluación están protegidos por la confidencialidad de la relación entre doctor y paciente, nuestra opinión profesional es que su confinamiento continuado es peligroso para él, tanto física como psicológicamente», señalan los médicos.
La profesora asociada en la escuela de medicina y salud pública de la Universidad de Boston (EEUU) Sondra Crosby y el psicólogo clínico londinense Brock Chisholm examinaron a Assange durante tres días, un total de veinte horas, según el diario británico «The Guardian».
Los médicos no especifican en su artículo los problemas que puede sufrir Assange, de 46 años, pero señalan que su salud parece haberse deteriorado durante su encierro en la legación diplomática, donde se refugió en junio de 2012 para evitar ser extraditado a Suecia, que lo reclamaba en relación a un presunto delito sexual.
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«Nuestro examen revela que no ha tenido acceso a luz solar, ventilación apropiada, ni a un espacio exterior durante cerca de cinco años y medio. Esto ha tenido efectos considerables, tanto a nivel físico como psicológico», señalan los doctores.
En su artículo, que también firma Sean Love, médico en prácticas en un hospital de Boston, los especialistas piden a la Asociación Médica Británcia (BMA, en inglés) que reclame al Gobierno británico que facilite el acceso a la sanidad de Assange.
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En 2015, las autoridades británicas rehusaron expedir un salvoconducto para que se desplazara sin ser detenido a un hospital, algo que había solicitado para someterse a una resonancia magnética por supuestos problemas en un hombro.
Según «The Guardian», el activista, que ha revelado miles de documentos clasificados y cables diplomáticos a través del portal de filtraciones WikiLeaks, puede padecer asimismo «problemas pulmonares».
«Es incuestionable que el señor Assange se encuentra en la posición de tener que decidir entre evitar su arresto y con ello sufrir potenciales consecuencias para su salud, incluida la muerte, y la necesidad de llamar a una ambulancia si una crisis potencialmente mortal, como un ataque al corazón, se produjera», alerta el artículo.
Crosby ha realizado un «amplio trabajo en el campo e los derechos humanos y los refugiados», destaca el periódico, mientras que Chisholm está especializado en las consecuencias psicológicas que dejan los traumas.
Assange cumplió el verano pasado cinco años resguardado en la sede diplomática ecuatoriana en Londres, donde se encuentra asilado desde el 19 de junio de 2012.
El activista era requerido desde 2010 por las autoridades suecas debido a las acusaciones de dos mujeres por supuesto abuso sexual, pero Suecia archivó la causa al no poder avanzar en la investigación.
Aun así, sigue bajo asilo por temor a que sea arrestado por las autoridades británicas y deportado a EE.UU., donde podría ser juzgado por la publicación de documentos militares y diplomáticos de carácter confidencial.
Fuente: EFE