«Papa Francisco, en Chile aún se tortura», ese fue el primer grito que intentó empañar la homilía realizada por el Papa en el Parque O’Higgins, en Santiago de Chile.
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La interrupción se dio justo cuando el Sumo Pontífice pedía silencio para dar espacio a la reflexión.
La voz masculina, ubicada en la zona ubicada detrás del escenario principal repitió su consigna antes de moverse, sin ser que se pudiera precisar quién fue.
Otro grito
Cinco minutos después, otro grito buscó interrumpir la ceremonia. Esta vez fue la voz de una mujer quién estaba ubicada más cerca del altar.
En este caso, la consigna no se entendió del todo.
Aún así, ninguno de los gritos tuvo la efectividad que buscaban: la ceremonia continuó sin sobresaltos.