La pobreza en América Latina aumentó en 2016 y alcanzó al 30,7% de su población, porcentaje que se mantendría estable en 2017, señala el Informe Panorama Social 2017 divulgado este miércoles por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en México.
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En 2014, 28,5% de la población de la región se encontraba en situación de pobreza (168 millones de personas), porcentaje que aumentó a 29,8% en 2015 (178 millones) y a 30,7% en 2016 (186 millones de personas). La pobreza extrema, en tanto, pasó del 8,2% en 2014 (48 millones de personas) al 10% en 2016 (61 millones de personas).
Pese a estas cifras, una perspectiva de mediano plazo arroja un balance positivo en materia de reducción de la pobreza, ya que esta se redujo 15,2 puntos porcentuales entre 2002 y 2016.
La desigualdad de ingresos también se redujo entre 2002 y 2016, aunque el ritmo de caída ha disminuido en los últimos años. El coeficiente de Gini (donde 0 representa ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima) pasó de 0,538 en 2002 a 0,467 en 2016.
“La experiencia reciente nos indica que el aumento de los ingresos en los hogares de menores recursos ha sido imprescindible para la reducción tanto de la pobreza como de la desigualdad de ingresos”, sostuvo en conferencia de prensa la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
Dijo que a ese crecimiento “han contribuido decisivamente las políticas distributivas y redistributivas de los países, como reformas tributarias, salarios mínimos, pensiones y transferencias vinculadas a las estrategias de reducción de la pobreza y a la expansión de los sistemas de protección social”.
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Bárcena hizo un llamado a fortalecer las políticas laborales y de protección social, más aún en períodos de bajo crecimiento económico, y a implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible “a partir de un cambio estructural progresivo”, añadió.
La funcionaria de las Naciones Unidas aclaró que, debido a la actualización de la metodología para estimar la pobreza por ingresos en la región, los valores incluidos en el informe actualizan los presentados en ediciones anteriores desde 2002.
El próximo año, acotó Bárcena, se publicará un informe detallado de dicha metodología y las cifras por país una vez concluidas las consultas técnicas con los mismos.
El Panorama Social 2017 muestra que la incidencia de la pobreza y de la pobreza extrema es más elevada entre niños y niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres y la población que reside en áreas rurales. En 2016, la pobreza afectaba al 46,7% de los niños y adolescentes entre 0 y 14 años y la extrema pobreza al 17%. En el caso de los jóvenes de 15 a 29 años esas cifras eran de 31,1% y 9,5%, respectivamente.
También analiza la evolución y los desafíos de los sistemas de pensiones, que son fundamentales para la garantía de los derechos a la seguridad social y a la protección social de la región en un contexto de cambios demográficos acelerados. Se estima que en 2040 las personas de 60 años y más superarán a las de 0 a 14, y que la población de 80 años y más aumentará casi 20 millones para esa fecha. También se observa una tendencia a la feminización de la población adulta mayor.
Según el documento, entre 2000 y 2014 se amplió la base contributiva de los sistemas de pensiones en América Latina: el porcentaje de la población económicamente activa que cotiza en un sistema de pensiones pasó de 36,9% a 47,8%.
Pese a ello, se estima que 142 millones de personas económicamente activas aún no están cubiertas. La proporción de trabajadores que continúa desprotegida es más elevada en las zonas rurales, entre las personas con menos escolaridad y en los sectores de menor productividad.
Además, persisten grandes desafíos relacionados a la suficiencia de las prestaciones recibidas. Aunque el monto promedio de las pensiones aumentó a una tasa promedio anual de 2,1% entre 2002 y 2015, en este último año el 36% de los perceptores de pensiones recibía montos iguales o inferiores a dos líneas de pobreza, alerta el organismo.
El estudio afirma que la consolidación de sistemas de pensiones universales, solidarios y sostenibles es un objetivo posible y necesario en un pacto social para el desarrollo con igualdad.
Fuente: Andes
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