Una momia, dos máscaras funerarias o frescos con la pintura intacta son parte de los tesoros de dos nuevas tumbas de la época del Imperio Nuevo (entre los siglos XVI y XI a.C.) excavadas en la necrópolis de Dra Abu al Naga, cerca de Luxor (sur), donde estaba la antigua Tebas, capital de los faraones.
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Egipto reveló hoy el contenido de estos dos tesoros, en los que destaca la momia, en buen estado, una estatua de una cantante del dios Amún Ra y cientos de objetos de madera y cerámica. Un botín descubierto por una misión liderada por el arqueólogo Mostafa Waziri, que también es secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades.
Las tumbas probablemente pertenecían a altos funcionarios de la época, que todavía no se han podido identificar, y fueron inicialmente descubiertas en la década de 1990 por la arqueóloga alemana Frederica Kampp, pero todavía no habían sido excavadas.
El objeto más valioso de los encontrados es la estatua de unos 60 centímetros decorada con vivos colores, que representa a una mujer identificada como Isis Nefret, que fue hallada en una cámara de siete metros en la tumba denominada Kampp 150.
Esa mujer fue, muy posiblemente, una cantante del dios Amún Ra, la principal divinidad para los egipcios, y era madre de la persona que fue enterrada en la tumba, que quiso homenajear a su progenitora dedicándole una cámara entera en su propio enterramiento, según explicó Waziri.
«El trabajo de cantante de Amún Ra era muy importante en la época», entre el final de la XVII dinastía y el comienzo de la XVIII, en torno al siglo XVI a.C., relató el experto.
Los arqueólogos barajan que el propietario de la tumba podría tratarse de un escriba llamado Maati, cuyo nombre aparece junto al de su mujer Mehi en 50 conos funerarios.
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Otra hipótesis es que pertenezca a una persona llamada Djehuty Mes, cuyo nombre aparece labrado en una de las paredes, pero de la que se desconocen otros detalles.
La otra tumba, denominada Kampp 161, está ubicada a pocos metros, en la misma falda del cerro que domina la orilla oeste del valle del Nilo, y consta de una cámara de unos seis metros decorada profusamente con inscripciones jeroglíficas que, en opinión de Waziri, «parece que fueron pintadas ayer o hace un par de días».
El buen estado de conservación de los pigmentos se debe a que la tumba fue reutilizada, momento en el que se generó una capa de polvo o arena que ha protegido los colores durante más de tres milenios.
En la cámara de ese enterramiento, que data de la XVIII dinastía, entre la época de los faraones Amenofis II y Tutmosis IV, se ha hallado la parte inferior de un sarcófago decorado con una escena de la diosa Isis levantando las manos.
Ambas tumbas, ubicadas en la pared de un cerro árido, a pocos kilómetros del Valle de los Reyes, contenían numerosos objetos funerarios, entre ellos piezas de mobiliario, conos, vajilla y cientos de «ushabtis», estatuillas que se colocaban en los enterramientos.
Este es el tercer hallazgo que se realiza este año en la necrópolis de Dra Abu al Naga, después de que se encontrara el mausoleo de un alcalde de la antigua Tebas, en abril, y el sepulcro de un orfebre que vivió en la XVIII dinastía, que contenía piezas de uno de los templos del dios Amón, que fue anunciado en septiembre.
En esta necrópolis se calcula que hay al menos 350 tumbas, en su mayoría pertenecientes a altos funcionarios que trabajaban al servicio de la corte del antiguo Egipto. EFE
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