Ecuador instó este 11 de diciembre a los 134 países del G77+China a superar la visión «paternalista» y «asistencialista» de la cooperación internacional y mantenerla como un instrumento «ético» para afrontar la desigualdad estructural en el mundo.
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«La cooperación internacional para el desarrollo debe superar los resquicios de las visiones asistencialistas y paternalistas», dijo la canciller ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, durante un evento de alto nivel de personalidades eminentes del Sur titulado, «Crisis ecológica y conflictos geopolíticos: por un planeta sostenible».
En este foro aseguró que la cooperación internacional «debe convertirse seriamente en un instrumento ético para remediar los problemas de desigualdad estructural y sus causas subyacentes como instrumento para el desarrollo sostenible».
La jefa de la diplomacia ecuatoriana instó a los países integrantes del grupo presidido en 2017 por Ecuador, a fortalecer sus lazos en base a los valores de equidad, igualdad y justicia social, fundamentales dijo, «para construir un mundo multipolar».
En su opinión, el desarrollo debe ser comprendido de una manera multidimensional, en base a las nuevas formas de hacer política, de participación ciudadana y de cómo se configura la opinión pública.
Espinosa indicó que el crecimiento económico continuo debe promover la inclusión social y subrayó que la protección del ambiente permite un desarrollo equilibrado entre los seres humanos y la naturaleza, objetivos que se deben perseguir en conjunto profundizando la integración.
«Comprendemos que la pobreza no debe ser reducida a simples o complejas estadísticas, sino que requerimos de una visión miltidimensional para abordar este problema y encontrar alternativas viables», dijo al arrancar el evento, poco antes de que el presidente, Lenín Moreno, lo inaugurara oficialmente.
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Basada en un informe de Oxfam, señaló que ocho personas poseen la mismas riqueza que la mitad más pobre de la humanidad, una asimetría que tildó de «intolerable» y que llama a la acción «urgente», anotó.
Abundó en la necesidad de que la cooperación se mantenga y dijo que los paraísos fiscales no son «éticos» y suponen una afrenta a los pobres y a las clases medias de las naciones.
«Según Oxfam, el dinero oculto en los llamados paraísos fiscales supone más que el PIB del Reino Unido y de Alemania juntos, es decir, un total de 7,6 billones de dólares», mencionó.
Y de acuerdo a datos de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), apuntó que en 2015, los países de la región perdieron alrededor de 340.000 millones de dólares, es decir, cerca del 7 por ciento del PIB por la evasión de impuestos.
Ello «implica una pérdida de recursos que duplica con creces el valor total de los gastos de capital de los gobiernos centrales de América Latina, que son de alrededor de 150.000 millones de dólares por año», señaló.
Por eso, insistió en la necesidad de trabajar en una agenda conjunta por la «justicia fiscal» y recordó que el G77+China ha pedido la constitución de un órgano intergubernamental en el marco de las Naciones Unidas sobre cooperación tributaria.
Reiteró la posición de su país de impulsar la creación de un instrumento jurídicamente vinculante sobre Empresas Trasnacionales y Derechos Humanos.
«Debemos llenar el vacío jurídico existente, para prevenir violaciones de derechos humanos por parte de las trasnacionales, al tiempo de terminar con la impunidad existente hasta ahora», subrayó.
Fuente: EFE
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