Las autoridades le encargaron a Nancy Burnette que velase por el bienestar de dos niños entregados a una familia adoptiva. Como parte de su trabajo, visitó Word of Faith Fellowship, la iglesia evangélica que frecuentaba la pareja que los quería adoptar.
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Lo que pasó allí todavía la atormenta: En medio del servicio, todos dejaron de cantar, relató Burnette, y la pastora apuntó hacia ella y la acusó de ser “una perversa”. “¡Has venido para causar conflictos!”, le gritó Jane Whaley. “¡Crees que estos niños no deberían estar aquí!”.
Asustada, Burnette se fue, pero antes les prometió a los niños, de dos y cuatro años de edad, que volvería.
Sin embargo, no pudo cumplir esa promesa.
No sabía lo dura que sería la batalla con Word of Faith –y las tácticas a las que apelarían– para quedarse con los niños”, declaró Burnette a la Associated Press.
Esa no fue la única vez que Word of Faith usó su poder y tácticas intimidatorias para atraer niños o impedir que se los llevasen, a menudo por iniciativa de Whaley, según decenas de entrevistas y cientos de páginas de documentos legales e informes policiales y de servicios sociales obtenidos por la AP.
Como consecuencia de esas tácticas, algunos niños han soportado prácticas violentas que violan las leyes diseñadas para protegerlos, de acuerdo con la investigación de la AP.
El estado promueve la “preservación de la familia” y procura evitar “que los niños sean ubicados innecesariamente con otras familias”. Pero la AP comprobó que algunos jóvenes han estado separados de sus padres por hasta una década –pasando de familia en familia– como resultado de los esfuerzos de la iglesia por mantenerlos bajo su esfera.
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Un abogado de Whaley, Noell Tin, rechazó esa versión de los hechos y sostuvo que “la noción de que los miembros de la iglesia separan a menores de sus padres por iniciativa de la señora Whaley es absurda”.
Tres madres solteras dijeron a la AP que una antigua feligresa de la iglesia que trabajaba como secretaria de juzgado en el condado de Rutherford burló el sistema de reubicación de menores y obtuvo la custodia de algunos niños a pesar de que un juez dijo que su conducta era inapropiada. Dos de las madres afirmaron que la mujer las contactó y les ofreció hacerse cargo de los menores mientras ellas cumplían condenas a prisión.
La AP entrevistó a una docena de feligreses que dijeron haber visto cómo los tres niños que vivían con la mujer debían soportar intensas sesiones de adoctrinamiento en las que se buscaba supuestamente alejar sus demonios, y que incluyeron fuertes sacudones o golpizas.
Una de las tres mujeres le dijo a un juez que, si ella no podía recuperar la custodia, era mejor que le buscasen a su hijo otra familia adoptiva porque en la iglesia se cometían abusos.
La secretaria del juzgado negó haber aprovechado su cargo para quedarse con los niños.
Bajo la conducción de Whaley, Word of Faith cuenta hoy con 750 fieles en Carolina del Norte y unos 2.000 en iglesias de Brasil, Ghana y otros países.
En el marco de una investigación de la iglesia, la AP ha hablado con decenas de ex miembros que denunciaron haber sido golpeados y asfixiados para “purificar” a los pecadores. Entre las víctimas de esta violencia habría menores, incluidos bebés, según las denuncias.
Ahora, la AP recabó evidencias de que los líderes de Word of Faith a menudo enemistan a los menores con sus padres y posteriormente se hacen cargo de ellos o son adoptados por miembros de la iglesia. Ex miembros mencionaron al menos dos docenas de casos.
Si piensas irte, prepárate para lo que se te viene encima”, declaró Shane Muse, quien libró una fallida batalla con líderes de la secta por la custodia de sus cuatro hijos cuando quiso irse en el 2002. “Hacen de todo para mancillar tu nombre y hacerles ver a los jueces y al público que los chicos están mejor con una familia de la iglesia”.
Burnette dijo que no sabía nada de la iglesia cuando un tribunal le encomendó que velase por el bienestar de los dos muchachos. Pero afirmó que pronto se dio cuenta de que había cosas sospechosas, como el hecho de que la pareja a la que fueron entregados no había sido aprobada todavía para recibir la custodia legal.
Después de su experiencia en el servicio religioso, Burnette dijo que ella y su supervisor decidieron retirar a los niños de esa vivienda. Pero lo que sucedió fue que a ella le sacaron la supervisión de los menores.
En una conversación grabada en secreto por un ex miembro de la iglesia y obtenida por la AP, se escucha a Whaley decir que había llamado al supervisor de Burnette para quejarse y recalcó que el supervisor “la sacó del caso totalmente”.
El supervisor se abstuvo de comentar, aduciendo leyes de confidencialidad, y los servicios sociales de su departamento dijeron que las leyes estatales les prohíben hablar de casos individuales.
Cada menor bajo la esfera de Word of Faith está bajo el control de Whaley y de los líderes de la iglesia. Son educados en la escuela de la iglesia y están mayormente aislados del mundo exterior, no pueden ver televisión ni festejar cumpleaños ni la Navidad.
La iglesia tiene una canción que dice “Felices, felices, felices, felices son los niños cuyo Dios es el Señor”. Se instruye a los menores para que automáticamente pongan una cara de felicidad apenas la escuchan, sin importar cómo se sienten realmente.
Algo que confunde es cómo puede ser que estos niños se comporten tan bien y estén tan bien vestidos si las cosas están tan mal”, dijo John Huddle, quien perdió contacto con sus hijos cuando rompió con la iglesia. “Pero la ropa puede tapar moretones y las sonrisas esconden el dolor”.
La Prensa Asociada