Una joven de 24 años fue secuestrada por el Estado Islámico y fue convertida en esclava sexual durante tres meses.
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Así lo reseña Infobae, portal en el que se relata la historia de Nadia Murad, una conocida activista por los derechos de la comunidad yazidí.
Murad decidió contar su historia en un libro, a pesar de lo doloroso que le haya podido significar recordarlo todo otra vez.
«Nunca se vuelve más fácil contar tu historia. Cada vez que la cuentas, la revives», escribe la yazidí en su libro. «Pero mi historia, contada con honestidad y sinceridad, es la mejor arma que tengo contra el terrorismo, y planeo usarla hasta que esos terroristas sean juzgados».
En el nuevo libro, que se lanzará el 21 de noviembre y será titulado «The Last Girl: My Story of Captivity and My Fight Against the Islamic State» (La última chica: mi historia de cautiverio y mi lucha contra el Estado Islámico), se relatan los hechos de carácter sexual y violento que vivió.
Murad fue una de las cerca de 7 000 mujeres y niñas capturadas en el noroeste de Iraq en agosto de 2014 por las milicias del Estado Islámico, que consideran que esta minoría rinde culto al diablo.
Fue secuestrada en la localidad de Kocho cerca de Sinjar, el hogar de unos 40.000 yazidíes, y sometida por el Estado Islámico en Mosul, donde fue torturada y violada.
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Murad escapó tres meses después, consiguió llegar a un campo de refugiados y comenzó el camino a Alemania, donde actualmente sirve como embajadora de buena voluntad de las Naciones Unidas para la dignidad de los sobrevivientes del tráfico humano.
Cuando fue secuestrada en Kocho en 2014, su madre y cinco de sus ocho hermanos fueron asesinados. Ella y otras chicas jóvenes se salvaron para ser vendidas como esclavas sexuales.
Su dueño, un juez de ISIS de alto rango llamado Hajji Salma, le dijo:
«Tú eres mi cuarta sabiyya (esclava sexual). Las otras tres son musulmanas ahora. Hice eso por ellas. Los yazidíes son infieles – por eso estamos haciendo esto. Es para ayudarte.»
En una ocasión, cuando intentó escapar de su amo por una ventana vistiendo un manto de abaya, fue capturada por un guardia y duramente castigada.
Su amo la azotó y dejó que su custodia compuesta de seis hombres la violaran hasta que perdió la conciencia.
«En un cierto punto, había violación y nada más. Esto se convierte en tu día normal», dice en el libro. «No sabes quién será el próximo en abrir la puerta para atacarte, solo que pasará y que mañana podría ser peor».
Después de tres meses secuestrada, Murad logró escapar saltando el muro del jardín de su captor en Mosul. Luego de recorrer las calles cubierta por un burka, fue guiada a un campo de refugiados por unos extraños que la ayudaron escapar.
Con la publicación de su libro, la embajadora de la ONU quiere ayudar a los yazidíes que aún permanecen en cautiverio.
Pero sobre todo, «quiero ser la última chica del mundo con una historia como la mía», dice.
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