Aunque se conoció de hombres que pisaron la Luna como Neil Armstrong y de Buzz Aldrin, los primeros en hacerlo, pocos saben que hay un humano enterrado en ese satélite.
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El doctor Eugene Merle Shoemaker fue un reconocido geólogo americano y responsable de la invención de las ciencias planetarias. Pese a que el gran Gene Shoemaker no logró cumplir su sueño de pisar la Luna, sus restos yacen enterrados allí.
Shoemaker siempre anheló ir a la Luna como uno de los astronautas de la nave Apolo para estudiar él mismo la geología del satélite natural. Su deseo lo llevó a comprobar el funcionamiento de los primeros trajes de astronauta y examinó, analizó con gran detalle el mapa de la Luna.
Gene Shoemaker murió sin cumplir su sueño de ir a la Luna el 18 de julio de 1997 durante una expedición de trabajo cerca de Alice Springs, Australia. Tiempo después de su muerte recibió uno de los más altos honores otorgados a título póstumo por la NASA, de acuerdo con misterio resuelto.
Las cenizas de Shoemaker fueron puestas dentro de una cápsula de policarbonato, realizada por la compañía Celestis Inc. en Estados Unidos, que mide tres pulgadas de largo y siete centímetros de diámetro, lleva una funda de aluminio sellada al vacío y va montada en el interior de la nave espacial que la transportó.
En la cápsula donde insertaron las cenizas de Gene Shoemaker colocaron una imagen del cometa Hale-Bopp. Las cenizas se lanzaron al espacio en la nave espacial Lunar Prospector, la cual pertenecía al cohete Athena II.
En 1999, científicos apuntaron al Lunar Prospector contra una zona dentro de un cráter cerca del Polo Sur lunar, convirtiendo a Gene Shoemaker en la única persona cuyas cenizas han sido enterradas o diseminadas en la Luna.
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