Juli Briskman no se lo pensó dos veces en mostrar el dedo medio a Donald Trump, cuando la caravana presidencial la adelantó mientras ella circulaba por el carril bici cerca de uno de los campos de golf del mandatario.
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«Me adelantó y mi sangre empezó a hervir», contó al portal HuffPost esta madre soltera de dos hijos, de 50 años y demócrata.
«Pensé: vuelve a estar en el maldito campo de golf», agregó.
El obsceno gesto fue captado el 28 de octubre por el fotógrafo de AFP que cubre la Casa Blanca, Brendan Smialowski, que iba en uno de los vehículos que formaban la caravana.
La imagen se hizo viral en las redes sociales, pero ha terminado por costarle el trabajo a Briskman.
El mandatario se dirigía al Club de Golf Nacional Trump situado cerca del río Potomac, a unos 40 kilómetros al noroeste de la Casa Blanca.
«Nunca sabes lo que vas a ver. Nunca sabes lo que va a pasar», contó Smialowski, que ese día iba cámara en mano.
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«Parecía que (la mujer) sabía exactamente quién iba dentro de esos automóviles», apuntó.
El convoy la adelantó una primera vez, pero Briskman logró alcanzarlo en el semáforo rojo.
«Lo que hizo que esta ciclista fuera especial fue su tenacidad: cuando la caravana la sobrepasó, pudo atraparla y volver a demostrar sus sentimientos», explicó el fotógrafo.
La imagen sólo muestra la espalda de la mujer, su brazo izquierdo en alto y su dedo corazón apuntando al cielo.
Pero cuando la fotografía inundó internet y todas las cadenas de televisión, se reconoció enseguida. Orgullosa, la usó como imagen de perfil en sus cuentas de Facebook y Twitter.
Pero los responsables de la empresa en la que trabajaba, la constructora Akima LLC, que colabora con el gobierno y el ejército estadounidenses, no la apoyaron.
Tres días después, la despidieron. «Dijeron: ‘nos desvinculamos de ti'», relató al HuffPost.
La AFP no logró contactar a Briskman y Akima este lunes, pero la mujer seguía usando la imagen como foto de perfil.