El terremoto que hace 18 meses golpeó al Ecuador aún deja secuelas. Una de ellas se refleja en las personas que perdieron sus brazos o piernas por descargas eléctricas o porque les cayó alguna estructura encima cuando intentaban salvar a alguna persona de su familia.
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Cuando la Fundación Hermano Miguel de Quito se dio cuenta que habían decenas de pedidos de ayuda de personas amputadas en Manabí, fortalecieron los vínculos con David Grupa, quien preside una fundación que hace prótesis con técnicos de alta calidad tanto estadounidenses como ecuatorianos.
“Estos expertos extranjeros vienen a Quito a trabajar con los técnicos ecuatorianos porque dicen que nuestro país es uno de los más desarrollados en cuanto al uso de tecnologías en este sentido”, cuenta María Eugenia Paredes, presidenta de Hermano Miguel.
Uno de los beneficiados con prótesis fue Brian Torres. Este muchacho perdió sus dos brazos a causa de una descarga eléctrica. Se trata de un joven fuera de serie. Con su difícil situación, Brian trajo dos medallas de oro hace unos meses desde el Paraolímpico de natación en Sao Paulo. Además, practica fútbol. Antes de perder sus brazos, jugaba en las inferiores de El Nacional.
Las prótesis para Brian fueron distintas. David Grupa explicó que funcionan a través de electrodos y son prótesis sensoriales. “La persona piensa en el movimiento que necesite hacer y las prótesis hacen lo que ordena la mente”. “Voy a seguir psicología clínica en la U. Esto que me pasó me fortaleció y creo que puedo ayudar a las personas a salir adelante, la vida sigue y es hermosa”, dice Brian.
David retoma la palabra y cuenta que en la cirugía, previa a poner la prótesis, se movieron nervios para que cuando Brian piense en mover su mano o cualquier parte de los brazos, los músculos se activen a través de actividad eléctrica coordinada con sus neuronas. Brian practica con distintas herramientas externas que le ayudan a desenvolverse en áreas comunes como el baño, la cocina o su cuarto.
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No importa el dinero que se tenga, lo importante es saberlo administrar para ayudar a los hermanos que necesiten una mano”, dice María Eugenia Paredes.
Ingenio para colaborar:
- María Eugenia dice que muchos se enfocaron en la reconstrucción de las casas y la economía, pero no se fijaron en quienes perdieron partes de su cuerpo.
- La fundación tiene un programa de reciclaje que le ayuda a solventar gastos. Si usted desea donar cosas que ya no use en casa, comuníquese al 3341600.
- 2.500 cuesta cada prótesis. El 40% de una de ellas, son impuestos.
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