La oposición de Ecuador intenta reactivar un juicio político contra el vicepresidente, Jorge Glas, quien cumple desde la noche de este lunes 2 de octubre una orden de prisión preventiva, dictada a raíz de nuevos indicios de su presunta implicación en el caso de sobornos de la firma brasileña Odebrecht.
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En julio pasado, el Consejo de Administración Legislativa archivó, por mayoría de votos, un pedido de grupos de oposición para llevar a un juicio político a Glas, a quien consideran responsable político de hechos ocurridos en los sectores estratégicos, en los que se investigan supuestos casos de corrupción.
Ahora, los opositores consideran que tras la decisión de la Corte Nacional de Justicia de dictar prisión contra Jorge Glas es momento de sumar esfuerzos en su intento de conseguir la destitución del segundo mandatario.
«Ecuador tiene que sufrir la vergüenza ocasionada por Alianza País de tener un vicepresidente en funciones con prisión», dijo Fabricio Villamar, asambleísta del movimiento Creando Oportunidades (CREO), en referencia a Glas, que mantiene el cargo aunque el jefe de Estado, Lenín Moreno, le retiró las funciones en agosto.
Ello después de que Glas criticase duramente a Moreno luego de que revelase la situación «crítica» en que dijo haber heredado la economía del país de manos de su correligionario Rafael Correa, de quien Glas también fue vicepresidente.
Los grupos de oposición pretenden añadir la documentación que presentó el fiscal general, Carlos Baca, en la audiencia de este lunes en la Corte Nacional de Justicia, a la que presentaron en junio.
La decisión, tomada en la audiencia celebrada en Quito, fue el resultado de nuevas pruebas presentadas a la Corte por la Fiscalía General de reciente información de EE.UU. sobre el caso Odebrecht, que de una u otra forma salpica desde hace diez meses a numerosos países latinoamericanos.
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Esa nueva información abre la posibilidad a que tanto Glas como su tío Ricardo Rivera, también en prisión preventiva para investigaciones por presunta asociación ilícita, sean acusados de dos supuestos nuevos delitos, entre ellos el de cohecho.
Aunque para la oposición las circunstancias son propicias para la reactivación del juicio político, asambleístas del movimiento oficialista -que no se ha pronunciado como bloque sobre la situación de Glas-, lo creen improcedente al estar en curso el proceso legal.
«Todos los bloques de oposición han decidido presentar un nuevo juicio político», dijo Villamar al señalar que hoy inician nuevamente la recolección de las firmas de los asambleístas para llamar a juicio político a Glas «para censurarlo y para destituirlo en el seno de la Asamblea».
La Vicepresidencia indicó hoy en su cuenta de Twitter que Glas, «decidió hacer uso de sus vacaciones mientras dura la prisión preventiva dispuesta ayer», pero no dio detalles sobre la aplicación de la medida, de la que echa mando algo más de cuatro meses después de asumir el cargo, para el que fue reelegido en abril pasado.
Tras visitarlo en la cárcel número 4 en el norte de Quito, el abogado de Glas, Eduardo Franco Loor, dijo que su defendido «está muy bien, lleno de fe, de esperanza y está muy firme porque él es un hombre inocente de todos los cargos que se le imputan».
Consideró que en su momento, la justicia «tendrá que reconocer el gran error que se cometió ayer porque la prisión preventiva es una decisión excepcional y se ha actuado realmente, de parte del fiscal, con evidente mala fe, porque una presunta fuga es imposible».
El abogado comentó que en «las próximas horas» presentará el recurso de apelación a esa «injusta y arbitraria prisión preventiva» y señaló que vicepresidente ha pedido hacer uso de dos meses de vacaciones, «para evitar estos rumores de ausencia temporal».
Reveló que Glas, vicepresidente también en el último período de Gobierno de Rafael Correa, y reelegido en los comicios de abril pasado, «hace muchos años no ha salido de vacaciones».
Y expresó su confianza en que pueda recuperar la libertad «en los próximos días» además de considerar «no conveniente» la eventual colocación de un brazalete electrónico como medida sustitutiva a la prisión preventiva.
«Me parece que esa decisión es muy vergonzosa a una persona que tiene una alta dignidad ganada en las urnas, y eso sería una humillación, creo que no sería conveniente esa medida», respondió al ser consultado por la prensa sobre esa eventualidad a las afueras del centro penitenciario. EFE