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Galápagos: Se recupera especie de tortuga considerada extinta

Esto, se ha logrado gracias al trabajo de un grupo de científicos y guardaparques que por una década ha realizado exploraciones al volcán Wolf, en la isla Isabela y análisis genéticos a cientos de tortugas encontradas en este sitio.

A través de redes sociales, el Parque Galápagos informó sobre el inicio de un programa de reproducción en cautiverio que permitirá, a mediano plazo, repoblar la isla Floreana con tortugas gigantes de la especie Chelonoidis niger -antes conocida como Chelonoidis elephantopus-, endémica de esta localidad, la cual se la ha considerado extinta hace más de 150 años.

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Esto, se ha logrado gracias al trabajo de un grupo de científicos y guardaparques que por una década ha realizado exploraciones al volcán Wolf, en la isla Isabela y análisis genéticos a cientos de tortugas encontradas en este sitio.

Como parte de las actividades del proyecto “Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes (GTRI por sus siglas en inglés)”, la Dirección del Parque Nacional Galápagos y la organización Galapagos Conservancy, en el año 2015, ejecutaron la segunda expedición al volcán Wolf con el propósito de localizar y colectar muestras de la mayor cantidad de tortugas gigantes tipo montura; y trasladar a un grupo específico de éstas al Centro de Crianza Fausto Llerena en la isla Santa Cruz.

El objetivo de la búsqueda era identificar especímenes con ascendencia genética de las islas Floreana y Pinta, dos especies de tortugas tipo montura que se extinguieron en sus islas de origen. Se logró el traslado de 32 reptiles al centro de crianza.

El análisis genético de 150 tortugas tipo montura identificó 127 individuos con diferentes niveles de ascendencia de la tortuga de Floreana. De las 32 colocadas en el centro de crianza, ninguna tenía genes de la especie de la isla Pinta (Chelonoidis abingdonii), pero 19 tienen ascendencia de Floreana.

Un grupo de investigadores liderado por científicos de la Universidad de Yale publicó estos resultados en la revista Scientific Reports – Nature, hoy 13 de septiembre de 2017.

A través del uso de métodos de identificación genética se pudo asignar los individuos a su especie de forma precisa ya en el 2012 luego de analizar las muestras obtenidas en una expedición del 2008 y a través de software especializado para simulación genética y considerando la temprana edad de algunas tortugas muestreadas con alto nivel de ascendencia de la especie extinta de Floreana, surgió la posibilidad de que exista al menos un individuo puro y otro con altísimo contenido genético de dicha especie habitando en volcán Wolf.

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El Ministro de Ambiente, Tarsicio Granizo, ratificó el compromiso del Estado ecuatoriano por la conservación de las especies. “Generalmente estamos oyendo sobre extinciones y lo dañino que el ser humano puede ser para una especie, pero hoy, con los resultados de esta investigación estamos diciendo al mundo que es posible revertir los efectos negativos sobre la naturaleza. Vamos a recuperar una especie extinta”.

«Este es uno de los avances más emocionantes de la Giant Tortoise Restoration Initiative, lograr la restauración, aunque sea parcialmente, de la extinta especie de tortugas de Floreana era impensable hace sólo unos años y ahora vamos a poder verlo pasar», comentó la Dra. Linda Cayot, Asesora Científica de Galapagos Conservancy y Coordinadora de la GTRI.

Sobre la base de los resultados preliminares del estudio, para el programa de reproducción que iniciará la autoridad ambiental, se establecieron cuatro grupos reproductores de tortugas, cada uno con tres hembras y un macho, que en cinco años, aproximadamente, permitirá contar con individuos listos para ser liberados en la isla Floreana, para cumplir su rol de herbívoro principal de este ecosistema.

Historia de extinción

La tortuga de Floreana se extinguió en su isla de origen hace aproximadamente 150 años, diezmada por balleneros y otros navegantes que la usaron como fuente de alimentación para sus largas travesías, dado que estos reptiles podían sobrevivir sin agua ni comida durante mucho tiempo.

Existe evidencia escrita que confirma que los balleneros, para aligerar la carga de sus barcos o para desocupar sus bodegas, dejaron en Puerto Bravo una gran cantidad de tortugas recogidas en diferentes islas. Puerto Bravo, ubicado en la falda del volcán Wolf, en la isla Isabela, y era el último punto de partida de los navegantes antes de cruzar el océano.

A lo largo de los últimos 200 años, estas tortugas se han reproducido en el volcán, proporcionando un cúmulo de genes de una especie extinta en su isla de origen durante mucho tiempo.

Washington Tapia, director de la GTRI y líder de las expediciones indicó que «no sabíamos lo que encontraríamos cuando fuimos al volcán Wolf, por lo que tener ahora un programa de reproducción y crianza para restaurar las tortugas de Floreana es un sueño hecho realidad».

La isla Floreana será parte de un amplio programa de restauración ecológica que incluye, especialmente, la eliminación de las especies introducidas, principal amenaza para las tortugas gigantes.

“Este descubrimiento científico y las medidas de manejo que vamos a adaptar para recuperar la especie extinta de Floreana es realmente un gran desafío para nosotros, el cual lo asumiremos con la mayor responsabilidad porque significa devolverle a Galápagos ecosistemas sanos que tengan la capacidad de seguir generando servicios ambientales para beneficio de la humanidad”, dijo Walter Bustos, director del Parque Nacional Galápagos.

Fuente: Parque Galápagos

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