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¿Qué deben hacer las universidades latinoamericanas para mejorar?

La BBC publicó los resultados de una entrevista que realizaron con el físico Marcelo Knobel, rector de Unicamp, y con Phil Baty, editor del ránking de Times Higher Education.

La Universidad Estatal de Campinas, Unicamp, se coronó como el mejor centro de educación superior de Latinoamérica. La universidad gratuita de Brasil incluso superó a la prestigiosa Universidad de Sao Paulo.

La BBC publicó los resultados de una entrevista que realizaron con el físico Marcelo Knobel, rector de Unicamp, y con Phil Baty, editor del ránking de Times Higher Education.

Ambos destacaron ciertas cualidades que deben mejorar los centros educativos y la BBC lo resumió en 6 puntos:

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1. Incubación de empresas y patentes

La transferencia de conocimiento a la industria y el aporte de fondos por parte de la industria a la universidad, es uno de los factores tomados en cuenta en el ranking.

Knobel afirmó que desde hace unos 20 años tuvieron la idea de crear una agencia de innovación. Esta iniciativa les permitió, más tarde, convertirse en la tercera institución residente en Brasil en número de patentes (1.050), por detrás de Petrobras y Whirlpool.

«Para que tengan una idea, hoy en día están activas más de 430 empresas que llamamos aquí ‘hijas de la Unicamp’. Esas empresas crearon más de 22.000 empleos directos con una facturación anual aproximada de US$1.000 millones», aseguró

Además, con las empresas formadas se creó el ‘Unicamp ventures’. Aquí, los empresarios que tuvieron éxito invierten dinero en el mismo sistema para ayudar a las pequeñas empresas que están empezando.

2. Fondos garantizados

La Unicamp, desde 1989, tiene ‘autonomía financiera y de gestión’. Se trata de un acuerdo con el que el gobierno asigna mensualmente un porcentaje fijo del impuesto de circulación de mercaderías (IVA) a las universidades. En este caso, la Unicamp recibe un 2,1958% del IVA del estado de Sao Paulo, aproximadamente USD $1.000 millones.

Además Knobel señaló a la BBC que la existencia en el estado de Sao Paulo de una fundación de apoyo a la investigación, FAPESP (Fundacao de Amparo a Pesquisa do Estado de Sao Paulo) ha sido fundamental: «Con eso tenemos seguridad de tener dinero para investigaciones de calidad».

También se detalla que la universidad también cuenta con un «porcentaje de ingresos de proyectos (USD $300 millones anuales) y el resultado de patentes, que crece año a año, les aporta cerca de USD $200.000 a 300.0000 anuales.

Para Phil Baty, los gobiernos de América Latina «necesitan reconocer que las universidades deben ser bien financiadasy que una educación superior de calidad es un inversión que se recupera con creces a través de trabajadores de mayor nivel educativo que pagarán más impuestos y un impacto en el desarrollo económico del país».

3. Excelencia de profesores

Asegurar la excelencia de los profesores sería «parte de la construcción de una identidad».

«Para entrar todos los profesores tienen que hacer concursos públicos. La calidad se garantiza por un nivel mínimo esperado para esos concursos y por la gran competitividad (…) Típicamente cuando se abre un concurso aquí se presentan 30 o 40 personas, todas con postdoctorado afuera. La gente que se presenta sabe que hay un mínimo estándar de calidad», asegura Knobel

Además, Knobel afirma que lo mismo ocurre con los estudiantes:

«Típicamente se presentan 75.000 candidatos para apenas 3.300 plazas. Solamente el 5% de los estudiantes que se presentan consigue entrar y eso también hace que el nivel de los estudiantes sea muy bueno».

4. Inglés

Uno de los criterios del ranking es el número de publicaciones y citas de estas publicaciones a nivel internacional, mismas que suelen estar en ingles.

Para Baty este idioma sigue siendo una barrera para América Latina. Sobre el tema, Knobel describió cómo funciona en la Unicamp:

«Es algo que nos preocupa. Tenemos un centro de enseñanza de lenguas y los estudiantes tienen acceso a estudiar inglés y otros idiomas» (…) Generalmente en el pregrado es todo en portugués. Tienen que pensar que Unicamp es un hub o centro regional en América Latina. Tenemos muchos estudiantes colombianos, peruanos, argentinos, chilenos, y el portugués y el español son relativamente parecidos».

Sin embargo, el rector resaltó que a nivel de posgrado sí se usa inglés en algunas clases.

5. Mirada internacional

Uno de los criterios utilizados en el ranking es la «mirada internacional», que incluye el contacto con instituciones en el exterior y el porcentaje de estudiantes y profesores extranjeros.

Para Knobel, afirma que se envían a estudiantes en intercambios, se reciben estudiantes extranjeros y a los profesores y funcionarios se los manda a congresos.

En Unicamp, el 5% de los profesores y el 4% de los alumnos son extranjeros. En algunas universidades de Europa y Estados Unidos el porcentaje es de 20 o 30%.

La llegada de profesores extranjeros a Unicamp es fruto de una política de «puertas abiertas cuando otros países tenían situaciones delicadas como dictaduras», señaló Knobel.

La Unicamp además creó un programa para recibir profesores de afuera para postdoctorado y posibilitó la apertura de concursos públicos para que permanecieran.

6. Formas de enseñar «no anticuadas»

«La educación universitaria en América Latina todavía se realiza en general con un estilo anticuado, de charlas dictadas desde un podio», señaló Phil Baty.

Sobre el tema, el editor del ranking de Times Higher Education dio dos ejemplos de aprendizaje innovador en otras universidades del mundo:

  1. Caltech, el Instituto de Tecnología de California, en Pasadena, hace que sus estudiantes «se unan apenas ingresan a un laboratorio de investigación, donde trabajan con profesores, incluso premios Nobel, en la resolución de problemas. De esa forma comprenden el proceso de investigación y cómo encarar desafíos en forma creativa».
  2. La Universidad Politécnica de Hong Kong: «Allí es obligatorio para los estudiantes como parte de sus tareas académicas hacer trabajo voluntario relevante a su curso».

A nivel de Unicamp, Knobel habla de un «sistema un poco paradójico»:

«En la sala de aula todavía hay, generalizando, un sistema tradicional. Pero por otro, casi todos los estudiantes tienen la posibilidad de hacer lo que en Brasil se llama ‘iniciación científica’. Trabajan en grupos de investigación con becas específicas y publican», sostiene.

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