Washington- Luego de observar durante cuatro años los hábitos de un tipo de babuinos de África, un grupo de investigadores identificó que los machos de la especie recurren a la intimidación sexual para controlar a las hembras, según publica hoy, jueves la revista Current Biology.
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«Nuestro descubrimiento muestra que la intimidación sexual, una forma de coerción sexual en la que la violencia y el sexo están desacoplados temporalmente, puede ser común entre los primates que viven en grupos con varios machos y varias hembras, como los chimpancés y los babuinos», indicó a Efe Elise Huchard, del Instituto de Ciencias de la Evolución de Montpellier, Francia.
Según la investigadora participante en el estudio, se pensaba que las hembras gozaban de una «libertad relativa» para expresar sus preferencias sexuales en este tipo de sociedades.
Precisamente, el equipo que realizó la investigación estaba interesado en saber si los machos de los babuinos chacma estaban forzando, en formas menos evidentes, a las hembras para aparearse.
Durante cuatro años, siguieron el comportamiento de este tipo de primates y notaron que las hembras fértiles sufrían más agresiones de parte de los machos.
Según Huchard, este estudio muestra que las hembras de los babuinos chacma, «a pesar de parecer proactivas sexualmente, pueden ser muy reprimidas por machos coactivos» de esta especie.
«La coerción sexual puede, de esa forma, ser un importante factor en la relación entre machos y hembras en esas sociedades, y nuestro trabajo pone en cuestión la cantidad de libertad que queda para la sexualidad de las hembras», agregó.
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Para Huchard, las formas de violencia sexual identificadas en los babuinos pueden parecerse a algunos patrones de la intimidación en humanos, como la violencia doméstica, porque se expresan en un contexto de relaciones de largo plazo.
«Es importante mencionar que no todo lazo entre macho y hembra es violento en los babuinos, por lo que la violencia no es sistemática en ese contexto», subrayó la investigadora.
Ya se conocía que este tipo de comportamientos existía entre los chimpancés, pero el nuevo estudio sugiere que puede ser común en las sociedades de primates salvajes, lo que abre la posibilidad de que la intimidación sexual en los seres humanos «tenga una historia evolutiva».
Sin embargo, la investigadora advierte que esto es solo una posibilidad y que hay otras explicaciones.
«Particularmente, sabemos que su intensidad y frecuencia varían entre las culturas humanas, lo que apunta a un fuerte componente cultural», puntualizó.
Todavía no se sabe si los machos son «estratégicos» o si reaccionan a «cambios inmediatos en su entorno social» al acosar a las hembras.
«También puede ser que un evento dispare el ataque, como un rival acercándose o vocalizando, o la proximidad de otro grupo babuino», explicó la experta.
El equipo de investigación ha observado muchas variaciones entre las parejas de machos y hembras, con algunas relaciones violentas y otras muy pacíficas.
«¿Es eso debido a la personalidad del macho o de la hembra? ¿Está relacionado con estrategias sociales? ¿Pueden ser los machos violentos con una hembra y amables con otra?», se pregunta Huchard.
En el futuro, los investigadores intentarán comprender la razón de la intimidación y dar respuesta a esas preguntas.