El Zoológico de Quito ofrecerá a sus visitantes un evento especial donde se podrá observar el vuelo de aves rapaces, con motivo de celebrar 20 años de existencia de la entidad y el trabajo en la protección y bienestar animal.
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“Rapaces en vuelo”, se denomina el evento que se llevará a cabo del 8 de julio al 1 de octubre, de martes a domingo, en diferentes horarios, el cual consiste en una experiencia de vuelo de aves rapaces que han sido rescatadas y rehabilitadas y que no pueden volver a la vida silvestre.
Para este evento se unieron el Zoológico de Quito y Faunaetus, empresa especializada en el estudio y manejo de aves rapaces. El objetivo es «devolverles a la vida a aves que llegaron maltratadas, mutiladas o con problemas de comportamiento. De esta manera, pueden volver a volar. Es nuestro interés trabajar en nuevas formas y oportunidades de bienestar para los animales”, afirma Martín Bustamante, director del Zoológico.
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Esta experiencia tendrá un costo adicional de cinco dólares a la entrada del zoológico para adultos, y 2,50 para niños y tercera edad. Los fondos recaudados por Rapaces en Vuelo serán destinados a la investigación científica. “Parte de lo que se recaude de estas demostraciones se destinará a un fondo de investigación y conservación de rapaces, en estado silvestre, que sirva para que estudiantes, investigadores o conservacionistas puedan tener herramientas científicas para conocerlas mejor”, explica Ruth Muñiz, de Faunaetus.
El caso de Toño es un ejemplo, uno de los guarros o águilas pechinegras que participan de “Rapaces en Vuelo”. Él llegó en el 2006 al Zoológico, después de ser trasladado desde El Parque Cóndor. Por su contacto con los humanos desde pequeño, fue imposible que regresara a la vida silvestre; por eso, desde hace más de diez años, vive en Guayllabamba. Al igual que otras aves de su condición, fue rescatado y tras determinar que no puede volver a un estado de vida natural, se somete a un proceso de rehabilitación física y sicológica. Es por esto que se les entrena en el vuelo: utilizar sus alas les permite mantenerse en forma, a manera de ejercicio, y les da una mejor calidad de vida.
El Zoológico de Quito trabaja desde hace 20 años en el cuidado a los animales. “En este tiempo, hemos cambiado a un zoológico con más condiciones técnicas, hemos evolucionado en el concepto de bienestar animal, y hemos priorizado el trabajo con la fauna nativa”, concluye Bustamante.
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