El trueque y la colaboración de ciudadanos solidarios son algunas opciones para apoyar la labor del Hogar para sus Niños (HPSN), una organización no-gubernamental, sin fines de lucro, que acoge a niños en situación de riesgo, sea por circunstancias de abandono o por maltrato infantil.
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La Directora Nacional del Hogar para sus Niños, Verónica Rodríguez, nos cuenta que el Hogar nació hace 25 años para cuidar a niños que, por una u otra razón, no viven con sus padres y mientras se hacen las investigaciones y el trabajo terapéutico para reinsertarlos con sus familias biológicas o adoptivas, cuidan de ellos temporalmente.
“Nuestro objetivo es que a los niños se les restituya los derechos por medio de una familia, ya sea la biológica o adoptiva (condición declarada por un Juez)”, dijo Rodríguez.
“Nos encargamos de la seguridad del niño, de su desarrollo emocional, terapias, alimentación y cuidado diario”.
Aunque el Centro es financiado por misioneros estadounidenses que fundaron el Hogar, la autogestión local es importante. Por ello, se quiere promover el trueque, el voluntariado y las donaciones.
Rodríguez explica que sus colaboradores ofrecen talleres gratuitos sobre alcoholismo, violencia intrafamiliar entre otros temas, y en una especide de “trueque”, intercambiar esos conocimientos con empresas que tengan programas de responsabilidad social para que, durante un tiempo determinado, apoyen a esta institución con sus servicios.
Otras formas de apoyar son a través de dos tipos de voluntariado, apadrinando el proyecto desde cinco dólares mensuales a través de cuentas bancarias o tarjetas de crédito, y otra es donando alimentos, juguetes, ropa o artículos de segunda mano en buen estado, artículos que son destinados a las necesidades del Hogar y a la venta de garaje para recaudar fondos.
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Esta casa de acogida cuenta con dos sedes. La de Quito acoge actualmente a 24 niños, 2% de ellos con discapacidad; mientras que en Latacunga viven 33 niños y jóvenes, de los cuales el 39% presenta alguna discapacidad.
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“Por su estado de salud, pese a que cuentan con declaratoria de adoptabilidad, creamos el subproyecto Casa Esperanza, un albergue para estos niños y jóvenes con discapacidad severa”, indicó Rodríguez.
A futuro, no se descarta la creación de otra casa para atender más niños, todo depende del respaldo con el que podrían contar.